“Quisieron enterrarnos, pero somos semilla, somos rebeldía y somos dignidad. Hoy 22 de enero nos auto convocamos para celebrar los 14 años de nuestro Estado Plurinacional de Bolivia”, aseguró la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, en el acto protocolar previo.
Y su afirmación constituyó una premonición de la multitudinaria expresión de fortaleza y apoyo al Gobierno del presidente, Luis Arce, y el vicemandatario, David Choquehuanca, según comprobó Prensa Latina en un recorrido por algunas calles paceñas y en el propio kilómetro cero de la urbe gubernamental.
Desde el amanecer de este domingo, la bandera tricolor, la whipala y las enseñas de los nueve departamentos flamearon en las manos de decenas de miles de personas llegadas desde diferentes regiones con sus trajes típicos, sus instrumentos musicales, sus cantos y sus danzas, mientras esperaban el inicio del desfile.
Unidad y diversidad reflejaron a su paso frente a la tribuna presidencial instalada al lado izquierdo de la salida del Palacio Quemado los multicolores guardatojos, monteras, ponchos, las polleras y la vestimenta de tierras bajas contrastantes con los trajes formales en un día bien soleado.
Imperó la polirritmia de diversas culturas en la banda sonora de la ciudad este día, sazonada por las típicas explosiones intermitentes de medios pirotécnicos de baja potencia, como en las entradas carnavalescas.
Desde el amanecer, resultaba difícil avanzar por la avenida Montes de la ciudad de La Paz, donde se concentró la interminable columna humana a la espera de iniciar la marcha, que, por empinadas calles, horas después los condujo hasta la tribuna en la que durante siete horas permanecieron Arce, Choquehuanca, los ministros, legisladores y otros invitados.
Previamente, en un discurso de 50 minutos desde la Casa Grande del Pueblo (sede gubernamental) el dignatario reiteró un llamado en el que insiste desde hace varios meses.
“La unidad de nuestro Estado Plurinacional es una necesidad estratégica; hoy, más que nunca, bolivianas y bolivianos debemos estar alertas al llamado de la Patria, que nos convoca a defenderla por encima de todo cálculo político, partidario o de grupo”, ratificó.
Concluido el acto, se trasladó junto a quienes ocuparon espacios en la tribuna presidencial al frontis del Palacio Quemado.
Una fiesta de ritmos y coloridos resultó el desfile en la que por igual alternaron la saya de los afrobolivianos de los Yungas de La Paz, moceñadas, tarqueadas, pinquilladas y otras expresiones músico-danzarias ancestrales de comunidades indígenas originario campesinas.
La guardia indígena semejó un arco iris o más bien una selva de Whipalas, mientras que los integrantes de la Confederación Médica, encabezados por el ministro de Salud, Jeyson Auza, aportaron esplendor bajo el intenso sol con sus batas blancas.
En resumen, a 14 años de la aprobación de la Constitución vigente desde 2009 tras su redacción por una Asamblea Constituyente y de vencer los ataques de quienes se resistían a perder sus privilegios, los miles de participantes en este desfile reafirmaron en la práctica su carácter plurinacional.
Protagonistas de este acontecimiento fueron las organizaciones de la Central Obrera Boliviana, de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, de la Confederación de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias Bartolina Sisa, y de las naciones indígenas originario campesinas.
Como colofón de esta jornada dominical, miles de personas asistieron al Festival de la Interculturalidad en la céntrica plaza San Francisco, amenizado por 16 proyectos artísticos bolivianos y el ensamble chileno Inti Illimani.
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