El juez Ricardo Lewandowski, del STF, fue quien determinó que la reserva de recursos para los abanderados negros resulta válida para los comicios de este año.
Tal entendimiento altera el fallo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que en agosto determinó la aplicación de las nuevas normas solo después de las votaciones de 2022.
«Para mí, no hay duda de que las políticas públicas destinadas a alentar a los negros a presentarse como candidatos en las disputas electorales que tienen lugar en nuestro país rinden homenaje a los valores constitucionales de la ciudadanía y la dignidad humana», señaló Lewandowski en su dictamen.
De igual manera, agregó, se exhorta a construir «una sociedad fraternal, pluralista y sin prejuicios, basada en la armonía social, libre de toda forma de discriminación».
El mes pasado, el TSE aprobó, por primera vez, la imposición a los partidos que los fondos Partidario y Electoral se asignaran en proporción a las campañas de los pretendientes negros.
Determinó que serían válidas a partir de las elecciones de 2022, cuando serán votados presidente, gobernadores, senadores y diputados, e incluyen la redistribución de los recursos del Fondo Especial de Campaña y del tiempo de propaganda electoral gratuita en la radio y televisión.
El presidente de la corte, Luis Roberto Barroso, afirmó en la ocasión que la medida pone a la Justicia Electoral en el camino de la lucha contra el racismo.
«Hay momentos en la vida en los que todos necesitan elegir de qué lado de la historia quieren estar. El Tribunal Superior Electoral expresó que estamos del lado de los que luchan contra el racismo, de quienes quieren escribir la historia de Brasil con tintas de todos los colores», apuntó.
Con retraso, pero no demasiado tarde, estamos empujando la historia de Brasil hacia la justicia racial, remarcó.
En su voto, Barroso señaló datos de las elecciones de 2018 que ejemplifican la desventaja de los candidatos negros.
Aunque eran un 47,6 por ciento del total de pretendientes, solo un 27,9 por ciento de los elegidos eran negros.
Recientemente, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva denunció que el racismo es estructural y está arraigado en la élite de Brasil.
Pese a que pasaron 132 años de la abolición de la esclavitud, el gigante suramericano enfrenta varios retos respecto a cuestiones sociales y raciales con repercusiones aún en la sociedad.
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