En el acto de tributo a los caídos, en el cuartel de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes), expresó sus condolencias a las familias de las víctimas.
Añadió que su gobierno ha dispuesto “una lucha frontal y decidida contra la alianza formada por el terrorismo y el narcotráfico en el Vraem (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro)”, donde opera esporádicamente el grupo armado, pese a lo cual la mandataria dijo que la lucha contrainsurgente se extiende a todo el país.
Manifestó también “el más firme y contundente rechazo al accionar del narcoterrorismo, y a todo acto de violencia que pretende arrebatar la vida, la salud, la integridad, así como el derecho a la paz, el progreso y el bienestar de las peruanas y peruanos”.
De otro lado, el jefe de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote), José Zavala, remarcó que le emboscada fue una acción netamente terrorista y no una especie de ajuste de cuentas, como afirmó ayer Jaime Antezana, analista especializado en el tema.
Sin embargo, Zavala admitió que la acción puede estar relacionada con los golpes que la Policía ha dado a los traficantes, decomisando droga e ingredientes de su fabricación.
Zavala comentó que el capitán de la patrulla policial y único sobreviviente de la emboscada informó que los atacantes eran muy jóvenes y el jefe de la Dircote afirmó que eran hijos de los hermanos Víctor y Jorge Quispe Palomino, conocidos con los seudónimos “José” y “Raúl”, el primero preso y el segundo muerto por una enfermedad.
El general Zavala sostuvo de otro lado que Sendero Luminoso, como el Gobierno llama a los remanentes de ese grupo participan en las protestas sociales contra la presidenta Boluarte y lo hace para promover la violencia.
En un comentario difundido ayer, el analista Antezana advirtió que la emboscada será usada para el “terruqueo”, práctica política y mediática que consiste en calificar como terroristas las posiciones progresistas y de izquierda y las luchas sociales.
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