En ese periodo las existencias de petróleo se ubicaron en cerca de 487 millones de barriles, al perder ocho millones, en tanto la refinación aumentó en 244 mil barriles por día (bpd).
De acuerdo con API los inventarios de gasolina se ampliaron en 2,5 millones de barriles y los de destilados —que incluyen diesel y combustible para calefacción— retrocedieron en 577 mil barriles.
Por su parte, las importaciones de crudo en el país norteño ascendieron en 164 mil bpd.
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