La pandilla que ganó notoriedad en la zona en los últimos meses abrió fuego la víspera contra la subestación y tras intercambios de disparos los oficiales abandonaron el sitio, luego de esperar refuerzos que nunca llegaron.
Actualmente la estación se encuentra controlada por la banda, mientras la población pide auxilio en redes sociales para que las fuerzas de seguridad regresen.
Artibonite, al noroeste de esta capital, ha sufrido el deterioro del clima de seguridad, al tiempo que las bandas se instalan y expanden en su territorio.
En enero, grupos armados atacaron la comisaría de Liancourt matando a seis policías lo cual provocó violentas protestas del gremio tanto en la capital como en otras zonas del país.
También desde inicios de semana en Verrettes y Croix Périsse, dos comunas del departamento, pandillas provocaron disturbios, lo cual generó pánico entre la población.
De octubre a diciembre pasado, unas 10 mil personas tuvieron que huir de Petite-Rivière como consecuencia de los enfrentamientos entre pandillas, mientras que la semana pasada, el hospital Albert Schweitzer que atiende a unas 700 mil personas, cerró como consecuencia de la incursión de las bandas armadas en la localidad.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk dijo sentirse alarmado por la noticia del cierre del nosocomio de Artibonite y reiteró el llamado a la ayuda internacional para detener la violencia en el país caribeño.
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