Rita Vaca y sus tres hijos lo perdieron todo en ese país como resultado de un sismo, y el Ministerio de Relaciones Exteriores gestionó su retorno, para lo cual corrió con todos los gastos administrativos, de alojamiento y pasajes desde que conoció el caso.
“Damos las gracias a Dios por estar con vida y agradecida con el Gobierno y el embajador que fue en persona a recogerme porque la pasamos muy mal después de los terremotos”, afirmó Vaca en declaraciones a la prensa en la terminal aérea tras su llegada en la madrugada de este sábado.
Por su parte, la viceministra de Gestión Institucional y Consular, Eva Chuquimia, tras recibir a Vaca y sus hijos declaró que está en marcha la repatriación de cuatro familias más desde Türkiye y otras dos desde Siria, también golpeada por el sismo.
Describió que el Ministerio de Relaciones Exteriores trabaja en toda la documentación administrativa y los itinerarios desde ambas naciones para facilitar el retorno de los seis núcleos familiares.
Los terremotos ocurrieron en el 6 de febrero, y desde esa fecha la embajada de Bolivia en Türkiye contactó con la comunidad de connacionales en ese territorio, que llega a 500 personas.
Según ese proceso de seguimiento, el embajador, Adolfo Sejas, localizó a los bolivianos residentes en las dos naciones.
Vaca y sus tres hijos fueron trasladados desde la provincia turca de Hatay, urbe destruida en la que sobrevivían en una carpa, hasta Ankara, capital de Türkiye, donde se les otorgó un espacio para vivir en mejores condiciones, mientras avanzaban los trámites para su retorno a la tierra natal.
Tras los sismos de 7,7 y 7,5 grados en la escala de Richter, ocurridos aquella madrugada del 6 de febrero, se registraron cerca de ocho mil réplicas, fenómeno que dejó hasta el momento más de 44 mil muertes, según informó el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu.
Los movimientos telúricos igualmente generaron graves daños materiales y la perdida de casi seis mil vidas humanas en el noroeste de Siria.
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