Los investigadores descubrieron que tormentas más intensas provocadas por el cambio climático expondrían a una proporción considerable del país a destrozos por fuertes ráfagas en los próximos 30 años, sobre todo a medida que los fenómenos naturales penetran tierra adentro.
El informe, publicado por First Street Foundation, un grupo de investigación sin fines de lucro con sede en Nueva York, determinó que gran parte de la región del Atlántico medio (Delaware, Maryland, Nueva Jersey, Nueva York y Pensilvania) experimentará un mayor riesgo de vientos dañinos.
Asimismo, estados como Kentucky, Illinois y Tennessee, por ejemplo, podrían ver aumentar la velocidad de las ráfagas de 140 kilómetros por hora a más de 156 durante huracanes fuertes, según los investigadores.
“Cuanto más fuerte es la tormenta, más posibilidades tiene de penetrar en el interior. Entonces, comienzas a ver riesgos en el oeste de Tennessee. Hay algunos patrones en los que nos sorprendió cuán lejos los fenómenos climatológicos podrían llegar tierra adentro”, dijo Ed Kearns, director de datos de First Street Foundation.
Según los científicos, si bien no se espera que el cambio climático aumente la cantidad de huracanes formados cada año, sí se estima una intensificación de estos.
En Florida, la región más vulnerable en relación a estos eventos, los modelos indican que los ciclones podrían tocar tierra en áreas más al norte del estado, como Jacksonville, dijo Kearns.
“Este cambio en la ubicación y la fuerza de los huracanes solo en ese estado da como resultado que la cantidad de propiedades que pueden enfrentar uno de categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson pase de dos millones 500 mil en 2023, a más de cuatro millones para el año 2053”, escribieron los investigadores.
Las nuevas proyecciones de First Street se centraron en el empeoramiento de los vientos, pero los estudios encontraron que el cambio climático también hará que las tormentas sean más lluviosas y aumenten los riesgos de inundaciones catastróficas.
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