Lourenço expresó que el país europeo tiene en Angola a un socio “que va a cooperar… en prácticamente todos los dominios”, incluidos los ámbitos de la paz y la seguridad no solo en el continente africano, sino también en el resto del mundo.
Ambos mandatarios ofrecieron las declaraciones a la prensa, luego de conversaciones oficiales y presenciar la firma de cuatro instrumentos jurídicos bilaterales, entre estos, el relativo a la construcción en Francia de un satélite angoleño de observación de la Tierra.
El gobernante anfitrión valoró la decisión de fortalecer cada vez más los lazos de amistad y cooperación, los cuales contemplan esferas como energía, agua, educación básica y superior, agricultura, pesca y turismo.
Sobre la defensa de intereses comunes, Macron apreció la contribución que puede ofrecer este país del África subsahariana a la seguridad marítima regional.
Según abundó, Francia desea convertirse en “un gran socio en formación agrícola” mediante la capacitación del personal angoleño y la consiguiente transferencia de conocimientos, junto al desarrollo de proyectos productivos de café, yuca, soja, algodón, carne, leche, silvicultura, procesamiento y distribución de alimentos.
Los acuerdos suscritos, opinó, muestran las perspectivas de lo que deberá ser “una asociación equilibrada y recíproca”, capaz de potenciar al sector privado y, en particular, a las micro, pequeñas, medianas empresas (mipymes).
En tal sentido, distinguió el diseño de una herramienta de financiación para las mipymes de la rama agrícola en África, lo cual coincide con la visión angoleña sobre transformación de la base productiva.
Sobre el tema también habló este viernes de la clausura de un foro empresarial bilateral, en el cual explicó la idea de aportar capital de trabajo a las mipymes mediante instituciones financieras como “Business France” y el Banco de Inversiones Públicas de Francia.
Macron defendió así la pertinencia de la iniciativa internacional FARM (Misión de Resiliencia Alimentaria y Agrícola), lanzada por su Gobierno en marzo de 2022, bajo el supuesto de responder a la crisis alimentaria provocada por la guerra en Ucrania y ayudar a las naciones más vulnerables.
Antes iniciar su actual gira por África, el dignatario anunció el propósito de forjar vínculos de nuevo tipo con el continente, basados en la humildad y conscientes de los desafíos en esta región del planeta.
Analistas internacionales atribuyeron el pronunciamiento al objetivo de presentar promesas atractivas ante la creciente participación de China y Rusia en las economías africanas y sopesaron, además, las tensas relaciones con Mali y Burkina Faso, que acusan a París de injerencia.
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