La iniciativa, pensada para los próximos tres o cuatro años, pretende la transición de los agricultores a la producción legalmente regulada, explicó el ministro de Industria, Inversión y Comercio de esta isla, Aubyn Hill.
Los participantes podrán atender hasta 10 acres (cinco hectareas) de tierra y vender a una persona que tenga la aprobación de la Autoridad de Licencias de Cannabis, precisó el titular.
«Esperamos que eso esté listo en abril de 2023», subrayó Hill, quien describió la asistencia para los pequeños agricultores en la industria del cannabis medicinal.
El también senador destacó otras ayudas, a través del concepto de granja madre, en el que un cultivador o procesador de la planta con licencia llega a un acuerdo con un agricultor a pequeña escala/tradicional.
«Ese enfoque de economía compartida permite un gran inversor», remarcó, y aseguró que buscan formas reales de desarrollar el crecimiento del cannabis medicinal en el país.
Estamos esforzándonos para que este sea designado como un cultivo industrial/agrícola mediante una enmienda de la Ley de Productos Agrícolas, amplió la cartera en un comunicado.
Cannaviva Jamaica Limited importó solo 44 libras, aclaró, en otro orden, el ministro, y que la cepa tranquil elephantizer no se encuentra en la nación.
Desde 2018 exportamos mil 608 libras, sentenció, mientras planteó que en esa condición «tenemos mucho de qué beneficiarnos, queremos que esta industria crezca más», aseveró.
Varios Estados en América aprobaron el empleo terapéutico del cannabis, entre ellos Chile, Perú, Paraguay, Puerto Rico, Argentina, Colombia y Panamá.
Otros como Uruguay, Canadá o México, despenalizaron la marihuana para uso como psicotrópico o ‘recreativo’.
A pesar de tratamientos eficaces con las sustancias activas extraídas del cannabis, ese estupefaciente «continúa planteando riesgos importantes para la salud pública’ y se mantiene su fiscalización y control», advierte las Naciones Unidas.
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