Biden pretende financiar su programa inversionista por 4,1 billones de dólares con un significativo aumento de impuestos para las corporaciones y los ricos, pero la comunidad empresarial descarta la amenaza.
Las entrevistas de periodistas de Político con más de una docena de ejecutivos, grupos de presión y funcionarios de entidades empresariales revelaron que es muy difícil para los demócratas imponer dichos tributos a las ganancias de capital y las transacciones financieras.
Sin embargo, los cabilderos y ejecutivos esperan que Biden cierre un acuerdo de infraestructura más pequeño, pues están convencidos que el gobernante no está en capacidad de mover aumentos tributarios de gran magnitud con el apoyo de la Cámara de Representantes o el Senado.
Neil Bradley, director de políticas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, dijo a Político que un alza como la propuesta por Biden y sus seguidores ‘podría afectar a millones de empresas en todo el país con impuestos que podrían matar la inversión’.
Desde una perspectiva política cruda, sería una decisión realmente extraña para estos moderados decir que estarían dispuestos a poner una manta tan húmeda en una economía que realmente está lista para despegar, añadió Bradley.
Si los ejecutivos tienen razón, Biden tendrá que romper su promesa de pagar su enorme agenda de gastos y aumentar aún más el déficit, o tendrá que reducir drásticamente sus planes, afirma el comentario de Político publicado este lunes.
Al mismo tiempo, si el mandatario reduce de manera significativa el monto previsto en su plan, enojaría al ala progresista de su partido, que ve esto como la única oportunidad del presidente para inclinar fundamentalmente la economía hacia los trabajadores y hacerla más equitativa.
El mes pasado, 10 senadores republicanos presentaron al Ejecutivo una contrapropuesta de 568 mil millones de dólares, que sirvió como una salva de apertura en las conversaciones de varias semanas con los demócratas sobre el tema.
Este llamado ‘Plan de empleo estadounidense’ del jefe de la Casa Blanca aumentaría los impuestos corporativos y eliminaría las exenciones fiscales a los combustibles fósiles para asignar recursos a la construcción y reparación de carreteras, combatir el cambio climático e impulsar varios servicios humanos, entre muchos otros acápites.
Congresistas de ambos partidos coinciden en la necesidad de invertir grandes recursos para el desarrollo de sectores clave de la economía y los servicios, aunque difieren sobre el monto total que realmente se necesita, así como la inclusión de proyectos para servicios sociales.
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