De acuerdo con la investigación iniciada en 2019, los acusados se dedicaban a la extracción de oro en la cabecera del río Marea, en la reserva forestal de Chepigana, en el corredor biológico Serranía del Bagre.
La detención de los mineros fue posible gracias a un operativo de agentes del Servicio Nacional de Fronteras y personal de la Fiscalía de Ambiente de Darién, que se movilizaron por la selva para ubicar el campamento.
Con las diligencias se probó la deforestación de un espacio similar a dos campos de fútbol, precisó el rotativo.
Además el grupo criminal taló más de dos mil metros de selva y cavó fosas de más de 350 metros en las laderas del río, cuyas aguas estaban contaminadas con sedimentos y desechos de la operación de extracción.
Durante la audiencia, el perito forestal del Ministerio de Ambiente, Ricardo Urrutia, explicó que el daño ocasionado tiene un efecto irreversible en el ecosistema y que su recuperación podría tardar más de 15 años.
Los acusados, quienes deberán responder por el delito de destrucción del medio ambiente, eran financiados por personas que luego vendían el oro en el mercado local, señalaron.
La fiscal superior de ambiente, Fátima Sánchez, detalló que la minería ilegal es un delito en ascenso , pues se han detectado casos en varios puntos del Darién, el Parque Nacional Chagres y el área de Donoso en la provincia de Colón.
mem/ga