En su acción, el EFF es secundado por la Federación Sudafricana de Sindicatos (SAFTU).
Según constató Prensa Latina, durante el acto central de las manifestaciones, en Pretoria, al cual asistió el secretario general del EFF, Julius Malema, no se reportaron disturbios o hechos de violencia.
Con la participación de unos cientos de personas, el líder del EFF insistió en el reclamo principal de las protestas, la salida del Gobierno de Ramaphosa.
En el acto la reforzada presencia policial que rodeaba el lugar (en la Plaza de la Iglesia, en el centro histórico de la ciudad) no necesitó intervenir dado el comportamiento pacifico de los manifestantes.
Asimismo, las principales arterias de Pretoria se mantenían hoy con un tránsito mucho menor que en otras ocasiones, mientras la mayoría de los pequeños comercios tenían cerradas sus puertas. No es posible determinar si lo hicieron por temor a posibles hechos de violencia callejera o apoyando el paro nacional.
Sin embargo, aunque el EFF esperaba un masivo apoyo popular, al menos en Pretoria los manifestantes están integrados únicamente por miembros de ese partido, y en mucha menor medida de Saftu y del Movimiento Democrático Unido (UDM).
Por otra parte, reportes de prensa aseguran que la policía usó balas de goma para dispersar a manifestantes que bloquearon con piedras y gomas quemadas varias carreteras desde Seshego hasta Polokwane en la norteña provincia de Limpopo.
Mientras, Malema reveló que el EFF emprenderá acciones legales contra el comisionado de policía de la oriental provincia de KwaZulu Natal, Nhlanhla Mkhwanazi, alegando que la policía usaría la fuerza contra los manifestantes.
La pasada semana el portavoz presidencial, Vincent Magwenya, explicó que el despliegue de fuerzas policiales pesadas y la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica (Ejercito) se hace para garantizar que el pueblo esté protegido durante el anunciado cierre nacional.
El Estado tiene la responsabilidad de proteger la infraestructura crítica, agregó, así como debe garantizar que los ciudadanos puedan continuar con sus actividades cotidianas de manera normal y, al hacerlo, que estén seguros.
La pasada semana el ANC sostuvo que un cierre nacional de esta naturaleza no es de interés para el país ni promueve nuestra desgastada democracia.
Esta es la demostración más clara, enfatiza, de que el EFF no tiene interés en construir una nación cohesionada que invierta su voluntad colectiva en el desarrollo y crecimiento del país.
En tanto, el presidente Ramaphosa, al referirse a la protesta, enfatizó que un cambio de gobierno en Sudáfrica solo puede ocurrir a través de una votación.
ro/mv