En su intervención, la mandataria afirmó que dicha postura provoca enormes movimientos de protestas de pueblos que no pueden aceptar el destino fatal de la explotación y la miseria a la cual son sometidos.
Castro expresó que la utopía de libre mercado no puede esconder los monopolios y oligopolios más la enorme desigualdad existente entre un cinco por ciento opulentos y cientos de millones de personas que apenas pueden comer.
“Esta cumbre no tendría mayor trascendencia si no somos capaces de asumir con entereza estas realidades y adoptar decisiones que busquen soluciones reales para nuestros pueblos”, subrayó.
En ese sentido, resaltó que Honduras quiere estar del lado de quienes buscan soluciones y no de aquellos que atizan la hoguera de la guerra.
Instó a los 22 Estados miembros a convertirse en artífices de la paz y la transformación social y comentó: “Tiene que ser ya y ahora”.
Al respecto, llamó a asumir con firmeza la tarea de construir la paz, la transformación y el respeto a la autodeterminación de los pueblos.
La primera mujer presidenta de Honduras agregó que el flagelo del colonialismo sigue vigente en el mundo cuando la voluntad de los países con vocación capitalistas impone su modelo de “privatizar, extraer y explotar sin límites “nuestros limitados recursos naturales”.
“El movimiento de capitales especulativos a nivel internacional, se vincula al lavado de activos del crimen organizado”, enfatizó.
Manifestó que la maquinaria bélica se mueve amenazando a toda la humanidad como una catástrofe apocalíptica, y aludió a la amenaza de guerra global como el mayor riesgo para la civilización de la humanidad desde el final de la segunda guerra mundial.
Agradeció la solidaridad de varios gobiernos del continente por el asilo político a diversos miembros de la resistencia hondureña tras el golpe de Estado en 2009 en la nación centroamericana.
Recordó que Honduras fue inundado de bandas paramilitares quienes dejaron un saldo de muertes de jóvenes, mujeres y niños y afirmaron que el país necesitaba un nuevo “Plan Colombia”.
Señaló que su Ejecutivo está enfrascado en desmontar ese vil aparato, y aseguró que no es una tarea fácil, pues los gobiernos neoliberales destruyeron lo construido antes del golpe de Estado.
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