El deceso del Sakamoto, uno de los pioneros de la música electrónica y de los más célebres del ámbito contemporáneo, se produjo el 28 de marzo de acuerdo con la fuente, y ya desde junio el artista había anunciado que padecía un cáncer rectal en fase IV.
Se distinguió por su talento y experimentación constante, y también por las bandas sonoras de películas como El último emperador (por la que recibió el Oscar en 1988), El renacido, Tacones lejanos o Feliz Navidad, Mr. Lawrence.
Fue uno de los creadores japoneses con más relevancia internacional, tras cimentar una carrera desde la experimental Yellow Magic Orchestra hasta la creación de bandas sonoras para afamadas producciones cinematográficas.
Según señaló su agencia en un comunicado, Sakamoto “vivió con la música hasta el final», y una de sus frases favoritas fue: «Ars longa, vita brevis. El arte es largo, la vida es corta».
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