La pasada semana, el magistrado de distrito Matthew Kacsmaryk rechazó la aprobación de la mifepristona por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), uno de los dos medicamentos abortivos que ha estado disponible durante más de dos décadas en el país.
Becerra señaló que esta decisión puso “al revés” el proceso de aprobación de la FDA.
“Cuando pones patas arriba todo el proceso de aprobación de la FDA, no estás hablando solo de mifepristona”, dijo Becerra en State of the Union de CNN.
“Estás hablando de todo tipo de drogas y vacunas, de los nuevos medicamentos para el Alzheimer que pueden aparecer”, agregó.
Argumentó que el juez insertó su “opinión personal” en lugar de conclusiones científicas, y aseguró que el gobierno federal debía impugnar el fallo “por el bien de Estados Unidos y el de las mujeres”.
La FDA apeló el fallo de Kacsmaryk, quien dictaminó que el proceso de aprobación del gobierno federal fue apresurado y concluyó con la comercialización de un medicamento inseguro.
Por su parte, el presidente Joe Biden catalogó ayer de ataque “político e ideológico” el fallo del juez y señaló en un comunicado que “esta sentencia es otro paso sin precedentes para quitarles las libertades básicas a las mujeres y poner en riesgo su salud”.
Biden prometió que su administración se opondrá al fallo, pero agregó que la única forma de garantizar que se proteja el derecho al aborto es elegir miembros del Congreso que apoyen una ley federal para volver a implementar el acceso al aborto legal y seguro, reportó el diario The Hill.
Esta píldora fue aprobada en 2000 después de un proceso de aprobación de cuatro años y puede usarse para abortos hasta 10 semanas de embarazo y para controlar abortos espontáneos tempranos.
La mayoría de los abortos en los Estados Unidos ocurren con medicamentos en lugar de un procedimiento y la mifepristona es uno de los dos fármacos que se utilizan en el país.
Otro fallo dictado por separado el viernes por el juez federal de distrito Thomas Rice, designado por Barack Obama (2009-2017), en el Distrito Este de Washington prohíbe a la FDA retirar la mifepristona del mercado, lo que contradice el fallo de Texas.
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