Antoine fue raptado el pasado lunes en La Croix Périsse, un área controlada por el grupo armado Kokorat San Ras, que ganó notoriedad en los últimos años.
Los secuestros siguen en aumento en el país caribeño, asolado por cientos de pandillas que imponen su ley en territorios cada vez más amplios, casi sin contraparte de la Policía.
A inicios de este mes el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (Cardh) reportó 389 víctimas de ese fenómeno en el primer trimestre del año, un aumento de 72 por ciento con respecto a igual periodo de 2022.
La entidad señaló que entre las causas del incremento de los secuestros podrían destacarse la necesidad de compensar las pérdidas financieras debido a las sanciones emitidas por Canadá y Estados Unidos contra la élite política y económica por su supuesta financiación de pandillas, así como la presunta implicación en tráfico de armas y drogas.
De igual manera, el Cardh destacó que nuevas zonas, principalmente en esta capital, se incorporaron al “mercado” de los secuestros y se crearon alianzas entre los grupos criminales, al tiempo que el país se mueve hacia un contexto electoral.
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