En un comunicado emitido desde su sede central en la capital de Chile, el organismo de la ONU revisó a la baja las proyecciones hechas en diciembre pasado y ubicó la tasa general en 1,2 por ciento.
Por subregiones, la más afectada será América del sur, con un alza del PIB de sólo 0,6 puntos porcentuales y la situación más difícil la vivirán Argentina, con un retroceso de menos dos por ciento, y Chile donde el resultado será de menos 0,3 unidades.
Venezuela crecerá en cinco puntos, seguida por Paraguay con 4,1 y a continuación se ubican Bolivia, Perú, Uruguay y Ecuador, todos con dos por ciento; Colombia crecerá en 1,2 y Brasil registrará 0,8.
El área de América Central y México tendrá en su conjunto un incremento del PIB de dos puntos, liderada por Panamá y República Dominicana, con 4,6; mientras que Haití, azotado por una pobreza ancestral y la grave inestabilidad política y social, decrecerá en 0,7.
La nota de la Cepal aclara que, para efectos de sus estadísticas, Haití y República Dominicana forman parte de la subregión centroamericana.
En cuanto al Caribe, con la excepción de Guyana, el pronóstico global es de un crecimiento de 3,5 puntos porcentuales, con mejores resultados en Antigua y Barbuda (9,5); Granada (5); Saint Kitts y Nevis (4,5); Bahamas (4,3); y Barbados (4).
Algunas de las perturbaciones globales más nocivas para la región son las reducciones del comercio mundial y de la actividad económica en general, agravadas por las dificultades financieras desatadas en marzo por la quiebra de algunos bancos en Estados Unidos y Europa.
Si bien hay una tendencia a la baja de la inflación, la Cepal advierte que los efectos de la política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión se harán sentir con más fuerza este año.
En materia fiscal, los gobiernos tienen poco margen de maniobra debido a los altos niveles de la deuda pública. En este sentido es necesario ampliar el fortalecimiento de la capacidad recaudatoria y redistributiva de las políticas tributarias.
Finalmente, el organismo advirtió que las proyecciones de crecimiento de 2023 están sujetas a más riesgos, ante la posibilidad del resurgimiento de las turbulencias del sistema bancario global, las cuales impactarían en el acceso y costo del financiamiento.
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