En conferencia de prensa, informó que las labores de contingencia serán desplegadas a partir de la próxima semana e incluirán el suministro de láminas para techo, ropas y alimentos, así como la provisión de asistencia médica y otras ayudas para atender las necesidades de las poblaciones afectadas.
Los estragos del temporal están presentes en varias provincias y la situación en general puede catalogarse de “bastante crítica”, indicó el funcionario, quien valoró la necesidad de medidas urgentes en correspondencia con los planes establecidos por el Ejecutivo para enfrentar este tipo de calamidades naturales.
Según explicó, en días recientes las precipitaciones registraron altos acumulados en distintas regiones del territorio nacional, aunque esta etapa del año es habitualmente lluviosa y deberá extenderse hasta el próximo mes de mayo.
La actual temporada (agosto de 2022-mayo 2023) está influenciada por el cambio climático global y el fenómeno de La Niña, con saldo de muertos y heridos, así como de daños en viviendas, escuelas, centros de salud, unidades de policía y postes del alumbrado público, entre otras edificaciones, detalló el ministro del Interior Eugénio Laborinho.
Al decir de Furtado, los perjuicios responden a la inclemencia del tiempo y a la conjugación de factores adversos, entre ellos, las vulnerabilidades económicas y sociales de la población, la exposición al riesgo de inmuebles construidos en sitios inadecuados, la deficiencia de infraestructuras y las violaciones de las regulaciones urbanísticas, sin el debido control.
Entre los territorios más afectados por las lluvias figura la provincia de Huambo, donde fallecieron 54 personas, corroboró Laborinho, al explicar el cómputo nacional de 308 muertos, 184 heridos y unas 13 mil familias damnificadas durante el período en análisis.
Ambos dirigentes aseguraron que el Ejecutivo está enfrascado en el levantamiento crítico y realista de los daños para ayudar a los ciudadanos, lo cual contempla en diferentes casos el traslado hacia sitios seguros.
Furtado lamentó los estragos en la provincia de Luanda y en particular en la ciudad capital, debido a las complejidades inherentes a la densidad poblacional, la insuficiencia de infraestructuras y la indisciplina social en cuanto a la ocupación ilegal de terrenos para viviendas y el vertimiento de basura en sitios públicos.
No obstante, sopesó, los aguaceros recientes fueron realmente intensos y provocaron averías en subestaciones eléctricas, torres de alta tensión para el traslado de energía, vías férreas e inmuebles sólidos desde el punto de vista constructivo.
npg/mjm