Convocada por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia y el proyecto de educación popular que ella fundó y lideró durante 36 años para fomentar el pensamiento crítico entre los jóvenes, tendrá lugar la conferencia Chabela a lo largo de la historia y su legado desde el Café Semilla Juvenil.
Intervendrán Martha Lorena Martínez, cónsul de Nicaragua en Bolivia; la escritora y periodista musulmana Sdenka Saavedra y la trabajadora social Silvia Quesada.
La velada contará con la actuación del cantautor Álvaro Flores, quien colaboró de manera muy cercana con Viscarra en el Café Semilla Juvenil.
Fallecida de una neumonía atípica el 30 de marzo a la edad de 87 años, Viscarra fue acompañada por decenas de compañeros de lucha contra las dictaduras, la defensa de la verdad y la justicia y muchos de sus discípulos hasta el nicho en que sus restos descansan en la plaza Luis Espinal, del Cementerio General de La Paz.
También estuvieron en el cortejo fúnebre los embajadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela, Danilo Sánchez, Elías Chévez y César Trómpiz, respectivamente, y la doctora Nila Heredia, presidenta de la Comisión de la Verdad, de la cual Viscarra fue miembro titular.
Ese equipo esclareció los asesinatos y otras violaciones de los derechos humanos sobre la base de motivos políticos e ideológicos, acontecidos en el país altiplánico del 4 de noviembre de 1964 al 10 de octubre de 1982.
Fundadora de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bolivia junto al sacerdote jesuíta mártir Luis Espinal (2 de febrero de 1932-21 de marzo de 1980), Viscarra juró fidelidad como seguidora militante del “dios de la vida” al legado del amigo entrañable, asesinado por órdenes de los dictadores Luis Arce Gómez y Luis García Meza.
La fidelidad al compromiso con la memoria del párroco, poeta, periodista, cineasta y, sobre todo, leal seguidor de la teología católica de la liberación, como ella confesó más de una vez, la impulsó a consagrar su vida a la lucha por la soberanía latinoamericana y caribeña, desde el frente de la solidaridad.
Por eso quienes acompañaron sus restos hasta el nicho ubicado en un pabellón ubicado precisamente frente a los de Espinal y el también sacerdote Mauricio Le-Fevre, asesinado durante la dictadura de Hugo Bánzer, portaban banderas de Cuba, el Ejército de Liberación Nacional y con la imagen del comandante Ernesto Che Guevara.
“El país perdió a un gran baluarte (…). Gastaste tu vida por los demás, ya cumpliste querida amiga, vuela alto. Nuestras sentidas condolencias a la familia”, escribió el presidente de Bolivia, Luis Arce en un tuit. ro/jpm