Ya transcurrieron 75 años desde que los coreanos residentes en Japón libraron su lucha por una educación nacional y democrática, frente a la represión fascista de los reaccionarios nipones, encaminada a eliminar las escuelas coreanas en su territorio, recordó en un artículo la agencia de noticias ACNC.
La nota señala que después de la liberación de Corea, los reaccionarios nipones obligaban obstinadamente a los coreanos residentes en su país a la «educación asimilista» del coloniaje japonés sobre la Península de Corea.
Tras los acontecimientos del 24 de abril de 1948, los reaccionarios japoneses, instigados por Estados Unidos, disolvieron en 1949 más de 340 escuelas coreanas y continuaron tratando, década tras década, de exterminar esa modalidad de enseñanza.
En abril de 2010, excluyeron las instituciones coreanas de la lista de aplicación de subsidios a centros superiores, bajo pretexto de que su enseñanza no conviene al contenido didáctico de las escuelas superiores japonesas.
Y en 2013, tacharon del reglamento de ejecución legal, relacionado con dichos subsidios, el artículo que servía como fundamento de la asistencia a escuelas coreanas, refleja el artículo.
El texto añade que, más recientemente, descartaron a los infantes preescolares coreanos de la lista de blancos de aplicación del sistema de educación infantil y crianza gratuita; y lo hicieron incluso cuando se implementaban las medidas epidemiológicas contra la Covid-19.
Ahora, cometen fechorías de toda índole y amenazan a maestros, empleados y alumnos de las escuelas coreanas, cuestionando las recientes medidas tomadas por la RPDC con fines de autodefensa, advierte la ACNC.
La agencia apuntó que el derecho a la educación nacional conviene totalmente a la Declaración Mundial de Derechos Humanos, el Convenio Internacional sobre Derechos Económico, Social y Cultural y otras leyes internacionales reconocidas por Japón y a sus códigos nacionales.
La verdadera intención de los reaccionarios japoneses es cortar la línea vital del movimiento de coreanos residentes en Japón y, a la larga, erradicar la nacionalidad de la comunidad coreana. La violación de los derechos nacionales de los coreanos en Japón significa el atentado contra la soberanía de la RPDC, concluye el texto.
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