Según manifestó el funcionario a la agencia de noticias Armenpress, es obvio que el número actual de observadores es insuficiente para monitorear la frontera, por lo que es necesario acrecentar el potencial desde el punto de vista cuantitativo.
La UE desplegó el 20 de febrero su misión civil en el lado armenio de la frontera entre ambas naciones del Cáucaso Sur, y su personal es de unas 100 personas, incluidos cerca de 50 observadores que no portan armas.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, dijo recientemente que Moscú ve en la aspiración de la UE a afianzarse en Armenia un intríngulis geopolítico, «distante del interés real por normalizar la situación en el Cáucaso y solo pretende desplazar a Rusia de la región y debilitar su papel.
Armenia y Azerbaiyán mantienen una disputa por Nagorni Karabaj desde que ese territorio, de población mayoritariamente armenia, pero en territorio azerbaiyano, decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
En 2022, Ereván y Bakú empezaron a debatir la firma del futuro acuerdo de paz con mediación de Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea.
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