Por Antonio Paneque Brizuela
Jefe de la Redacción Centro-Sur
Pero las maquinarias electorales detrás del economista Peña y su Asociación Nacional Republicana por el gobernante Partido Colorado (PC), y del abogado Alegre con la Concertación (de 14 partidos opositores) Para un Nuevo Paraguay, encierran otras complejidades, más allá de pesquisas.
Ello explica que encuestadores y medios se abstengan de aventurar un rotundo vencedor, aunque esas y otras agrupaciones despliegan fuerzas, suben apuestas y brindan por triunfadores, sobre todo los del PC, que en verdad ganaron casi todos los comicios durante sus 76 años de vida.
“Casi”, porque esa formación política conservadora fundada en 1947 y cuya historia comprende un extenso expediente de corrupción que involucró al Estado, perdió los comicios de 2013 ante el candidato Fernando Lugo por la coalición opositora Frente Guasú (FG).
Esa formación de organizaciones de izquierda, que llevó entonces a la Presidencia a su candidato (luego fue destituido por un amañado juicio político), abandonó en 2022 la Concertación, mientras Lugo se recupera aún de un accidente cerebrovascular, y los aspirantes del partido solo aspiran a cargos legislativos.
DEL FRENTE GUASÚ A LA ACTUAL CONCERTACIÓN
La presencia en los comicios de esa coalición que cortó la hegemonía continuista “colorada” se concentra en la candidatura de Euclides Acevedo, quien en 2022 renunció al cargo de Canciller para aspirar por el movimiento Nueva República, de pareja con el médico Jorge Querey (FG) como vicepresidente.
Estudiosos como el analista de BBC News Mundo Gerardo Lissardy, prefieren decir que el PC es “el partido político de América Latina que solo perdió una elección presidencial en 76 años”.
De todos modos, el impacto creciente proyectado en estas elecciones por la Concertación Por Un Nuevo Paraguay y su variopinta composición que comprende grupos de izquierda, despierta en algunos cierto optimismo al recordar que esta es la segunda vez que la oposición tiene algunas opciones contra los “colorados”.
Para otros, basados más en la historia, resulta algo remota esa posibilidad, porque la Asociación Nacional Republicana o Partido Colorado (ANR-PC), fundada en 1887 como “Partido Nacional Republicano”, solo dejó de gobernar de 1904 a 1946 y en el referido lapso 2008-2013.
La organización oficialista mantiene su jerarquía de primera fuerza política de Paraguay, con casi dos millones de afiliados, entre los siete millones 400 mil habitantes del país.
La ANR-PC tiene, además, mayoría simple en la Cámara de Senadores y absoluta en la de Diputados, y ocupa, según estadísticas oficiales, más del 50 por ciento del padrón nacional, aunque existen denuncias sobre numerosas afiliaciones falsas declaradas por el partido.
“Una de las maquinarias de poder más implacables de América Latina será puesta a prueba el próximo domingo”, afirma el citado investigador británico Lissardy al describir a la veterana agrupación colorada.
Es un dinosaurio de la política latinoamericana, subraya. Imponerse en las urnas es su especialidad: lo hizo durante décadas, mientras los defensores atribuyen el éxito a su popularidad y a los logros de los respectivos gobiernos.
“Pero, sentencia el corresponsal de BBC Mundo en Nueva York, sus críticos señalan que ganan suprimiendo rivales bajo un régimen militar, con fraudes o mediante el uso del Estado para captar votos en democracia”.
Por su parte, el analista chileno residente en Paraguay Pelao Carvallo llama a “descoloradizar Paraguay, cerrar el ciclo histórico del Estado Colorado”.
Un político paraguayo menos avisado, el candidato Ricardo Estigarribia a la Gobernación del departamento Central por la Concertación Nacional, aseguró que concurriría al local de votación “para acabar con el sistema macabro, instalado por el PC hace 76 años”.
PRONÓSTICOS DE ALGUNOS MEDIOS
Aunque la mayoría de la prensa da a Peña como ganador, los dos diarios de más circulación, ABC Color y Última Hora, favorecen en intención de votos a la Concertación y a su candidato Alegre, junto a su compañera de fórmula, la exministra de Vivienda Soledad Núñez.
El binomio aparece también por encima del PC en los sondeos de otras publicaciones ajenas al controvertido expresidente Horacio Cartes, cuya presencia tras las sombras de la consulta y su extenso historial de corrupción, más que beneficiar, perjudican a allegados como el oficialista Peña.
Entidades periodísticas del llamado “grupo Cartes” optan por el candidato del PC, aunque también favorecen al del Partido Cruzada Nacional y exsenador Paraguayo Cubas, devenido puntal de la ultraderecha, junto a Stilber Valdés como vicepresidente.
El accionar indirecto del exmandatario, denunciado por delitos como lavado de dinero, contrabando y narcotráfico, puede ser determinante en estos comicios, sobre todo en detrimento de protagonistas relevantes como el propio Peña, con quien son públicos sus vínculos amistosos.
«Cartes es una figura muy autoritaria y dominante desde que prácticamente compró sus elecciones dentro del Partido Colorado para ser candidato en 2013», afirma el sociólogo y economista Fernando Masi, director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya.
Hasta el Gobierno de Estados Unidos declaró al exgobernante “significativamente corrupto” -según medios paraguayos- en una acción considerada por muchos como “injerencista”, pero difundida por todos los órganos de prensa y refrendada por la Justicia local.
Algunos políticos y sufragistas escamotean su pudor ante estas nuevas muestras del tradicional intervencionismo estadounidense, que coincidieron en el tiempo con reuniones de Peña y Alegre, aunque por separado, con el embajador de Estados Unidos, Marc Ostfield, cuyas fotos devinieron virales.
ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LOS COMICIOS
Los dos mejor posicionados entre los 13 candidatos a Presidente en estas elecciones, las octavas después del golpe de Estado que desplazó a la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989, se enfrentarán, según las normas, solo en una vuelta, pues no habrá una segunda.
Estos comicios generales, que convocan a unos 4,7 millones de votantes, elegirán al presidente, vicepresidente, 45 senadores (más 30 suplentes), 80 diputados (y 80 suplentes), 17 gobernadores y 17 juntas departamentales.
El candidato electo asumirá el cargo el 15 de agosto de 2023, y lo abandonará en agosto de 2028, sin posibilidad de reelección, y lo mismo será con el aspirante de la dupla a vicepresidente.
Ambos gobernantes electos reemplazarán a los actuales, el presidente Mario Abdo Benítez y el vicepresidente Hugo Velázquez.
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