La muerte violenta de Floyd, de 46 años, tuvo un fuerte impacto nacional e internacional, tras la divulgación de un vídeo que mostraba cómo el policía Derek Chauvin lo inmovilizó con una rodilla en el cuello durante casi 10 minutos, mientras el hombre negro repetidamente decía que no podía respirar.
Más de mil 500 ciudadanos de Minneapolis marcharon por las calles de esa urbe este lunes como parte de un homenaje que tuvo como oradores a familiares de Floyd y de otras víctimas de la violencia policial y el racismo, como Breonna Taylor, Trayvon Martin y Ahmaud Arbery.
El reverendo Al Sharpton, un veterano activista por los derechos civiles, dijo a los reunidos allí que el asesinato de Floyd fue ‘una de las mayores desgracias en la historia de Estados Unidos’.
En ese contexto, los legisladores demócratas insisten con poco éxito en aprobar el proyecto de Ley Justicia en la Policía de George Floyd, que está estancado en el Congreso y que según los planes del presidente Joe Biden tenía como fecha límite para su aprobación este 25 de mayo.
No obstante, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló la víspera que el mandatario y sus asesores se sienten relativamente optimistas sobre la posibilidad de que avance la iniciativa.
Este martes, el presidente Joe Biden recibirá en una audiencia privada a familiares de Floyd, un acto simbólico que algunos ven con pocas esperanzas de que siente algún precedente inmediato en la lucha de amplios sectores sociales por cambiar la situación de los afroamericanos en Estados Unidos.
Al respecto, el diario The Washington Post señaló este martes en un artículo que en el trasfondo de esa reunión está una promesa incumplida del gobernante porque la reforma policial está estancada.
‘Si bien creo que reunirse con la familia de Floyd es un buen gesto, en realidad no es el cambio que necesitamos’, dijo Bernice Lauredan, organizadora de Tampa Dream Defenders, un grupo destinado a acabar con las acciones ilegales de las fuerzas del orden tras el asesinato del afroamericano Trayvon Martin en 2012.
‘Necesitamos cambios profundos en la forma en que vemos la seguridad pública en estas ciudades’, señaló la activista a The Washington Post.
Según el rotativo, el asesinato de Floyd y el video gráfico que mostraba sus últimos suspiros provocaron una conversación a menudo incendiaria sobre el racismo, pero ese debate no equivale a una acción para desmantelar este mal sistémico.
Por otra parte, una encuesta reciente de la agencia Associated Press y la consultora NORC reveló que seis de cada 10 estadounidenses estiman que el racismo en su país es un problema extremadamente grave.
De acuerdo con el sondeo, cerca de la mitad de los norteamericanos, incluidos aproximadamente seis de cada 10 afroamericanos, estiman que la reciente condena de Chauvin por el asesinato de Floyd en mayo de 2020 no cambió su nivel de confianza en el sistema de justicia penal.
Otra pesquisa de la cadena ABC y el diario The Washington Post mostró que el 60 por ciento de los encuestados dijeron que el gobierno debería hacer más contra el maltrato de la policía a los negros.
Tras la muerte de Floyd en mayo del pasado año, la policía ha matado a 181 personas negras en Estados Unidos, según datos del grupo de investigación Mapping Police Violence.
De los 966 asesinatos policiales reportados desde el 25 de mayo de 2020, las personas negras representan el 18,7 por ciento, a pesar de constituir el 13 por ciento de la población estadounidense, según la Oficina del Censo.
Los asesinatos policiales de víctimas blancas representaron el 37 por ciento del total de muertes, a pesar de que los blancos son el 76,3 por ciento de los estadounidenses, según la Oficina del Censo.
La base de datos de fuerzas letales del Washington Post, establecida en 2015, muestra que aproximadamente mil personas en el país son asesinadas a tiros por las fuerzas del orden cada año, y que la policía dispara y mata a personas de raza negra al doble de la tasa de personas blancas.
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