Los especialistas del Instituto de Investigación Económica, Ifo, en Múnich, dieron a conocer estudios comparativos los cuales demuestran que, sin cierres estrictos la caída demora y es menos profunda, pero no es sinónimo de una rápida recuperación económica dada la fuerte expansión de la enfermedad.
Al analizar lo sucedido, por ejemplo, en Escandinavia y Estados Unidos concluyeron que las economías de los países y regiones que no decretaron confinamientos en la primera fase de la pandemia colapsaron al igual que donde se aplicaron.
‘Como el virus provoca incertidumbre, muchas empresas no invierten’, señaló Clemens Fuest, presidente del instituto Ifo, quien precisó que cuando un virus peligroso se propaga, la mayoría de la gente no va al cine, a los restaurantes o a los conciertos, esté o no permitido’.
También analizaron el caso de Suecia, nación que intentó prescindir de un cierre durante mucho tiempo, al igual que en Estados Unidos, donde observaron el impacto económico de la pandemia en los comercios minoristas de varios condados con y sin restricciones.
En sus conclusiones, los economistas alemanes plantearon que ‘si bien el flujo de clientes se redujo un 60 por ciento, las medidas impuestas solo supusieron el siete por ciento de ese descenso’.
La mayoría de los criterios se inclinan a que las decisiones individuales de los consumidores fueron mucho más importantes y parecen estar relacionadas con el miedo a la infección.
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