Gebeyehu, citado por un comunicado divulgado por la IGAD en su cuenta de Twitter, hizo un llamado a las Fuerzas Armas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) a aprovechar las conversaciones cara a cara iniciadas en Jeddah para silenciar las armas.
Destacó la necesidad inmediata e incondicional del alto el fuego “para permitir que la población civil y las familias tengan acceso a protección, corredores seguros para moverse y acceso a servicios de salud y satisfacer sus necesidades alimentarias”, reveló el texto.
Recordó al Ejército y a las RFS la decisión de la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la IGAD durante su cuadragésima Sesión Extraordinaria realizada el 16 de abril pasado, durante la cual se decidió enviar una misión de paz de alto nivel encabezada por el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit.
A este último lo acompañarían los mandatarios de Djibouti, Ismael Omar Guelleh, y de Kenya, William Samoei Ruto, agregó el comunicado.
Gebeyehu saludó a Salva Kiir Mayardit, mediador principal de la misión de paz de alto nivel por sus esfuerzos para comprometerse con el general Abdel Fattah Al-Burhan, al frente de las Fuerzas Armadas sudanesas, y el general Mohamed Dagalo, líder de las RSF, con el fin de cesar las hostilidades y nombrar representantes para un diálogo.
De igual modo, elogió a la asamblea de la IGAD por coordinarse con otros esfuerzos regionales e internacionales para trabajar por un Sudán estable y pacífico en el mejor interés de su pueblo y de la región.
Desde el 15 de abril pasado, ese país africano es escenario de fuertes enfrentamientos, con un saldo de al menos 551 fallecidos, según datos recogidos por la ONU, y más de cinco mil heridos a causa de los combates que prácticamente paralizaron los servicios de salud de esta ciudad.
Burhan y Degalo participaron en un golpe de estado en 2021 contra un gobierno de transición, luego de la salida por la fuerza del presidente Omar al Bashir, quien estuvo en el poder por cerca de 30 años.
La confrontación estalló después que el ejército dispuso la inclusión de las RSF dentro de las Fuerzas Armadas Sudanesas, lo cual fue rechazado por Hemedti.
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