En efecto, el pasado jueves Brigety causó un revuelo diplomático al decir ante la prensa que Estados Unidos tenía informaciones según las cuales Sudáfrica proporcionó a Rusia material bélico, el cual habría sido cargado en el barco Lady R cuando atracó en la base naval de Simon’s Town, en diciembre de 2022.
La primera respuesta sudafricana oficial tomó la forma de un comunicado de la oficina presidencial, según la cual se investigará la realidad tras las acusaciones realizadas por el diplomático estadounidense.
En el texto la Presidencia dice que, si bien hasta la fecha no se han proporcionado pruebas para respaldar estas denuncias, el Gobierno se ha comprometido a iniciar una pesquisa independiente dirigida por un juez jubilado.
En encuentros recientes entre una delegación sudafricana y funcionarios de Estados Unidos, revela la nota, se discutió el asunto del Lady R y hubo un acuerdo de que se permitirá que una investigación siga su curso, y que los servicios de inteligencia estadounidenses proporcionen cualquier evidencia en su poder.
Por lo tanto, agrega la presidencia de Sudáfrica, es decepcionante que el embajador norteamericano haya adoptado una postura pública contraproducente.
En consecuencia, el ministerio sudafricano de Relaciones Internacionales y Cooperación (Dirco) convocó a Brigety para reclamar explicaciones, reunión tras la cual reveló que éste “se disculpó sin reservas ante el Gobierno y el pueblo de Sudáfrica” por sus afirmaciones públicas.
Nuestro país, agregó Dirco en un reporte, es conocida mundialmente por tener uno de los procesos más estrictos a la hora de vender armas a otras naciones.
Ese tipo de acciones es regulado por la Ley Nacional de Control de Armas Convencionales 41 de 2002 (Ley NCAC) y por la la Constitución.
La investigación en curso, concluyó Dirco, permitirá que se establezcan los hechos y que se identifiquen los actores. “Cualquiera que haya infringido la ley se enfrentará a graves consecuencias”.
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