Erdogan estuvo a punto de lograrlo, pero quedó con el 49,42 por ciento de los boletos depositados, en tanto Kilicdaroglu, quien se presentó como un candidato único de seis formaciones políticas, logró 44,88 puntos en la preferencia popular, señaló la televisión local.
Tal resultado era el pronóstico de varias encuestas y grupos de analistas en esta capital, que en muy pocas ocasiones se atrevieron a dar algún tanteo capaz de situar a uno de los tres aspirantes presidenciales por encima del 50 por ciento.
Los datos, tras el recuento del 99,21 por ciento de las boletas, plantean una nueva cita ante las urnas el 28 de este mes entre Erdogan y Kilicdaroglu, quienes se mostraron muy superiores a los 5,3 puntos logrados por el nacionalista Sinan Ogan.
En las elecciones parlamentarias, también celebradas en esta jornada, se presentaron con más posibilidades el gobernante Partido Justicia y Desarrollo, de Erdogan, el Partido Republicano del Pueblo, de Kilicdaroglu, y la Alianza Ancestral, de Ogan.
Las encuestas en su momento fueron contradictorias en cuanto a las posibilidades del partido gobernante para conservar su mayoría, aunque los analistas reconocen que la formación política ganadora influirá decididamente en los resultados del balotaje presidencial.
En el caso de la 28 legislatura, de 600 escaños, contará con una representación proporcional a partir de los resultados de sus 87 distritos electorales. En esta disputa se presentaron 24 listados de partidos y 151 candidatos independientes.
Para llegar a la Asamblea Nacional de Türkiye, las formaciones políticas deberán sobrepasar la barrera de los siete puntos.
Erdogan, ante las consecuencias del reciente y devastador terremoto, que afectó a más de tres millones de personas, y de la inflación en más de un 30 por ciento, enfrentó el reto de sacar al país de una seria crisis económica y vencer en las urnas.
Kilicdaroglu, por su lado, cuenta con el total apoyo de Occidente, a quien dirige no pocos de sus planteamientos respecto a las relaciones de su país con Rusia, que promete revisar, con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y con la Unión Europea, con planes de mejorarlas.
npg/To