En un comunicado, la investigadora del Instituto para Japón de la Cancillería, Kim Sol Hwa, apuntó que Tokio procura instalar por primera vez en Asia una oficina de enlace con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Hace poco, el Ministerio nipón de Asuntos exteriores anunció oficialmente que está en marcha el debate sobre la apertura de una oficina de enlace con la OTAN en Tokio, bajo pretexto de que la situación actual exige a Japón reconsiderar la seguridad regional, señaló la funcionaria.
Kim alertó que Japón perseguía la colaboración con el bloque militar internacional desde hace mucho tiempo, y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania llegó como una buena oportunidad para dar finalmente ese paso.
En enero pasado, Tokio reveló sus intenciones de instalar una representación gubernamental independiente en la OTAN, tomar parte regular en las reuniones del Consejo del Atlántico Norte y extender la esfera de la colaboración de seguridad con ese organismo a los espacios cósmico y cibernético.
Ahora, promueve la consulta para adoptar su denominado «plan de acompañantes de ajuste individual» y pretende completarlo antes de la próxima cumbre de la OTAN, a celebrarse en julio venidero, alertó la diplomática coreana.
Tales hechos evidencian que el intento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte de avanzar a la región de Asia-Pacífico mediante el contubernio militar con Japón entra en una fase peligrosa de ejecución, añade el comunicado.
Kim apuntó que no se puede pasar por alto el hecho de que la tentativa de Tokio y la OTAN es amparada por Estados Unidos, que desea mantener su posición hegemónica en la región de Asia-Pacífico con la fabricación de una OTAN de versión asiática.
Su verdadera intención es incorporar a sus lacayos como Japón y el Sur de Corea a Aukus, Quad y otros modelos de enfrentamiento de diferentes campos vincularlos con la OTAN y formar un gran cerco contra China y Rusia, advierte el texto.
Cuanto más se intensifique la colaboración militar de Japón con la OTAN, más se perturbarán la paz y la tranquilidad de la región, lo que acarreará inestabilidad y el aislamiento irreversible del archipiélago nipón, concluye la nota.
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