Fujimori encabezó una manifestación en Trujillo, alentada por haber reducido en una encuesta a nueve décimas la ventaja que le lleva Castillo, y llevó un equipaje de promesas que van desde dinero para las familias de fallecidos por coronavirus hasta anulación de multas a choferes de transporte urbano.
Al respecto, las encuestas reflejan que carece de credibilidad y el sondeo de la empresa Datum que le asignó 41,7 por ciento de las preferencias ciudadanas, frente a 42,6 de su rival, verificó que solo 27 por ciento cree su reciente pedido de disculpas a dos ministros censurados (cesados) por su bancada parlamentaria años atrás.
Fujimiori también reeditó el mensaje de llamar al triunfo de la democracia, la paz y la estabilidad, en medio de constantes acusaciones acusaciones a Castillo de ser un peligro para esos valores, parte de una campaña mediática anticomunista.
Fujimori tenía previsto viajar hoy a la ciudad surandina de Puno, pero canceló el viaje, según versiones periodísticas de esa urbe, en realidad descartó la visita para evitar un rechazo masivo como el que motivó su presencia en la ciudad de Cusco, también en los andes del sur.
Los informes señalan que en cuanto se anunció su llegada, la propaganda mural fujimorista fue cubierta con lemas en su contra y dibujos de ratas que simbolizan las acusaciones de corrupción por las que un fiscal pide para ella 30 años de cárcel.
Sachi Fujimori, hermana de la candidata, llegó la semana pasada a Puno a hacer proselitismo, pero se abstuvo ante la masiva marcha que a nivel nacional se realizó el pasado viernes contra Keiko.
Castillo se reunió con diversos visitantes en su pequeña oficina en Lima y, según fuentes de Perú Libre, partido del que es candidato, se prepara para debatir con Fujimori el domingo próximo en la sureña ciudad de Arequipa, cotejo que será transmitido a todo el país.
De otro lado, conforme se acerca la fecha del balotaje, se intensifica también la campaña de la gran mayoría de los medios de comunicación privados a favor de Fujimori y contra Castillo.
La iniciativa de Castillo de reformar o cambiar el sistema privado de pensiones, fue presentado por canales de televisión y diarios como un supuesto objetivo de confiscar los fondos individuales de los aportantes, pese a que la posible reforma preserva esos fondos.
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