Ese monto llevaría la carga de la deuda del país a niveles récord, según apuntó el diario The Hill, especializado en temas del Congreso, y detalló que ese proyecto consolidaría déficits superiores a un billón de dólares durante la próxima década.
El mandatario demócrata defiende que esa propuesta para el año fiscal 2022 -el cual comienza el 1 de octubre próximo- tiene como objetivo reconstruir la economía, apoyar a los trabajadores, las familias y las empresas mediante el aumento de impuestos a las clases altas y las grandes corporaciones
La suma, publicada por la Casa Blanca, une tres importantes propuestas de gasto ya anunciadas por Biden: el Plan de Empleo Estadounidense de 2,3 billones de dólares, el Plan de Familias Estadounidenses de 1,8 billones y 1,5 billones en gasto discrecional.
El gasto no defensivo aumentaría en un 16 por ciento y los presupuestos de defensa se expandirían en un 1,7 por ciento.
Además, el presupuesto también exige aumentos de impuestos para los ricos y las corporaciones, que están diseñados para pagar el costo de las propuestas de Biden, que comenzarían a reducir los déficits para 2030 y recortarían 1,7 billones de dólares de las proyecciones actuales para 2041.
Críticos del plan señalan que el presupuesto debería enfocarse en encontrar un camino hacia la sostenibilidad en un plazo más cercano, en lugar de posponerlo durante una década.
La Casa Blanca insiste en que el plan pone al país en un ‘curso fiscal responsable’, al invertir en la economía y allanar el camino para la reducción del déficit a largo plazo.
El Congreso, finalmente, tendrá la última palabra sobre el gasto, los impuestos y las propuestas de políticas y generalmente, esto suele diferir de la solicitud de presupuesto hecha por el presidente, como ha ocurrido en ocasiones anteriores.
Según el vicepresidente del Comité de Asignaciones del Senado, el republicano Richard Shelby, lo enviado por Biden se trata solo de una propuesta y en las próximas semanas, el Congreso ejercerá su poder constitucional en la elaboración de proyectos de ley de asignaciones.
Asimismo, criticó lo que llamó ‘un plan para impuestos más altos, gastos excesivos y un ejército con fondos insuficientes.
La directora de la Oficina de Administración y Presupuesto, Shalanda Young, apuntó que Biden se apegaría a su promesa de campaña de no aumentar impuestos a quienes ganan menos de 400 mil dólares al año, y propondría un plan futuro para prevenir que esos recortes expiren.
El plan de gastos del mandatario demócrata llevaría las erogaciones federales a su nivel sostenido más alto desde la Segunda Guerra Mundial, expuso el diario The New York Times.
Analistas y expertos en el tema aseguran que es poco probable que la propuesta de Biden tenga aceptación entre los republicanos, cuyo objetivo para los próximos años es reducir los recursos financieros del gobierno.
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