‘Estoy en la escena de otro acto cobarde y selectivo de violencia armada, donde más de 20 víctimas fueron baleadas y dos lamentablemente murieron’, dijo el funcionario.
Un vehículo blanco se detuvo en el lugar este domingo alrededor de las 01:00, hora local, y tres individuos con armas de asalto y pistolas se bajaron y comenzaron a disparar contra la multitud que estaba reunida para un concierto en el lugar, dijo Ramírez.
El Departamento de Policía de Miami-Dade solicita a cualquier persona que tenga información sobre los atacantes o su paradero que se comunique con las autoridades.
Este es el segundo tiroteo importante en el área de Miami durante el fin de semana largo por el Día de los Caídos, fecha que se conmemora mañana, pues poco antes de la medianoche del viernes, una persona murió y otras seis resultaron heridas en un tiroteo desde un vehículo en el área de Wynwood.
Las autoridades continúan buscando al atacante, según la detective Kiara Delva, portavoz de la Policía de Miami.
Cuando llegaron los agentes, encontraron a varias personas con heridas de bala, algunas de las víctimas fueron por sí mismas a hospitales del área, y actualmente, uno de los lesionados permanece en estado grave, mientras las otras cinco sufrieron afectaciones más leves.
La vocera señaló que las imágenes de video ‘parecen una zona de guerra’ y, hasta ahora no tienen un sospechoso.
Los tiroteos masivos en Estados Unidos crecieron en las últimas semanas y en lo que va de año se registraron más de 200 eventos de este tipo, más del doble de los 94 que hubo durante el mismo período de 2020, según la organización no gubernamental Archivo de Violencia con Armas.
Entre los sucesos más recientes en ese sentido está el que provocó el 26 de mayo la muerte a nueve personas en las instalaciones de la autoridad de transporte del Valle de Santa Clara, al sur de la Bahía de San Francisco, en California.
Las autoridades informaron que el sospecho del crimen, Samuel Cassidy, guardaba 12 armas de fuego y 22 mil municiones en su residencia.
Otro suceso violento de las últimas semanas fue la muerte a finales de abril de la adolescente afronorteamericana Ma’Khia Bryant, de 16 años, a manos de la policía en Columbus, Ohio, entre otros incidentes que avivaron en Estados Unidos el debate sobre la necesidad de un control más efectivo de la compraventa de armas de fuego.
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