De acuerdo con reportes científicos el Instituto de Oriente Medio y la Iniciativa Política del Norte de África (NAPI) el delicado ecosistema del Reino está sometido a una presión de años debido al aumento de las temperaturas y de una escasez de agua cada vez más grave.
Todo ello como consecuencia de la disminución de las precipitaciones anuales, el aumento del consumo del agua y el crecimiento de industrias que hacen un uso intensivo de esta, como la agricultura y el turismo.
Según expertos, las cambiantes condiciones climáticas afectan negativamente al sector agrícola marroquí, que representa el 19 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, provocando una disminución del rendimiento de los cultivos, cosechas de menor calidad y un aumento de los costos de producción por la necesidad de bombear los pozos a más profundidad.
Recientemente un grupo de jóvenes marroquíes participaron en un debate donde discutieron sobre las formas de disminuir el impacto del cambio climático en Marruecos y aseguraron que afecta directamente el abastecimiento de agua, la energía, la producción agrícola y la educación, y sostuvieron que estas cuestiones están conectadas.
Hasnae Bakhouch, constructora de la Paz de ONU Mujeres y activista medioambiental, expuso el impacto de este fenómeno en las mujeres de las zonas rurales, ya que son ellas las que asumen muchas de las responsabilidades domésticas y agrícolas.
El Informe sobre el Clima y el Desarrollo del País, publicado por el Banco Mundial, también muestra preocupación por el futuro desarrollo socioeconómico de esta nación del norte de África.
Esto se debe a que la agricultura de secano sigue representando el 80 por ciento de la superficie cultivada y los cambios inducidos por el clima podrían provocar la emigración a las zonas urbanas de hasta 1,9 millones de marroquíes de aquí a 2050.
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