El ministro del Interior Horst Seehofer justificó las medidas en declaraciones citadas por el popular diario Bild.
Aseguró que se aplicarán a rajatabla, independientemente de las críticas de los países vecinos o a escala europea. De hecho, la víspera pidió a Bruselas que cesara con las críticas al considerar que la Comisión Europea ya había cometido demasiados errores en la vacunación.
Desde la medianoche solo pueden ingresar en el país a través de esas fronteras ciudadanos alemanes o residentes aquí, así como personas que demuestren otras razones familiares o laborales.
A ello se suman trabajadores trasnacionales, personal sanitario y transportistas de mercancías. Todos deben presentar un resultado negativo de PCR en tiempo real.
La canciller federal Ángela Merkel y los 16 lander (estados federados) prolongaron hasta el 7 de marzo el cierre de la vida pública, incluidos restaurantes, la cultura y comercios no esenciales.
Los controles fronterizos siguen al veto vigente desde finales de enero para las personas procedentes de Reino Unido, Sudáfrica, Brasil, Portugal, Irlanda, Lesoto y Esuatini, donde se verificaron mutaciones más agresivas del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
Aunque las tasas de infección en Alemania disminuyeron de manera constante en las pasadas semanas, las autoridades están preocupadas por el posible impacto de las variantes detectadas en Reino Unido y Sudáfrica, ambas ya presentes aquí.
En el país europeo murieron casi 65 mil víctimas de la enfermedad, de un total de 2,34 millones de infectados desde el comienzo de la pandemia.
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