La indagación, iniciada a raíz del asesinato del afrodescendiente George Floyd en 2020, determinó que existían problemas generalizados en el desempeño de las fuerzas del orden, que violan tanto las normas de la Constitución de Estados Unidos como varias leyes federales.
La Policía de Minneapolis, precisó el análisis, “usa fuerza excesiva, incluida la fuerza letal injustificada; discrimina ilegalmente a los negros y los nativos americanos; viola los derechos de las personas; y discrimina a quienes tienen problemas de salud conductual”.
El Departamento de Justicia encontró además, “deficiencias persistentes en los sistemas de rendición de cuentas, capacitación, supervisión y programas de bienestar de los oficiales”, lo que contribuyó a las infracciones constitucionales.
El informe también señaló los desafíos particulares en Minneapolis, una urbe con una desigualdad racial “marcada” y que es conocida, junto con la vecina St. Paul, como las Ciudades Gemelas.
Detallaron los hallazgos que, en estas dos localidades, “a la típica familia blanca le está yendo mejor que al promedio nacional de familias blancas, y a la típica familia negra le está yendo peor que al promedio nacional de familias negras”.
Un hogar integrado afrodescendiente en las Ciudades Gemelas gana solo el 44 por ciento de lo que entra en una vivienda caucásica, y la tasa de pobreza entre los primeros de esos hogares es casi cinco veces mayor que el índice registrado para los segundos, reveló.
A tres años de que un policía presionara su rodilla contra el cuello del afrodescendiente George Floyd por nueve minutos y lo matara, la violencia policial de Estados Unidos constituye un flagelo creciente.
Acorde con un conteo del sitio Mapping Police Violence, 2022 fue el año más mortífero debido a los desmanes de las fuerzas del orden desde 2013, con un promedio de más de tres individuos muertos por día y alrededor de 100 al mes.
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