En su carta semanal, el mandatario afirmó que esos organismos, que incluyen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, deben reestructurarse para que sean más inclusivos y receptivos.
Asimismo, prosiguió, deben proporcionar financiamiento de una manera que no aumente la carga de la deuda de los países que ya están luchando por pagarla.
Ante todo, sostuvo, los países industrializados deben cumplir con sus compromisos existentes, como movilizar 100 mil millones de dólares al año para la acción climática en las economías en desarrollo.
Sin embargo, acotó Ramaphosa, aun cuando se logre ese objetivo, se necesitará mucho más dinero para garantizar una respuesta eficaz al cambio climático.
Por ejemplo, dijo, solo el Plan de Inversión para la Transición Energética Justa de Sudáfrica necesitaría alrededor de 98 mil millones de dólares durante los próximos cinco años para permitir una transición justa hacia una economía baja en carbono.
En su misiva pública, Ramaphosa expresó como los países industrializados que más han contribuido a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero tienen la responsabilidad de financiar las acciones que las naciones menos desarrolladas deben acometer para proteger a su gente del cambio climático.
Como dije en la reciente cumbre mundial sobre la financiación del desarrollo y la acción climática en las economías en desarrollo, en Paris,
recordó el Presidente, no queremos que nos traten como mendigos, como si pidiéramos caridad.
La industrialización y el desarrollo económico del Norte Global, enfatizó, se lograron a expensas del Sur Global.
Por lo tanto, añadió, los países más ricos tienen tanto la obligación como el interés de apoyar el desarrollo y la acción climática en las naciones más pobres.
De dirigirse adecuadamente la financiación del desarrollo global, resumió, ésta puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas que viven en países como el nuestro.
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