“No sé de dónde habrán generado una información en la que señalan que la economía en 2022 estaría creciendo en 0,2 por ciento, cuando en realidad hemos demostrado que Bolivia creció en 3,5 por ciento en ese año”.
Insistió en que, “obviamente, no compartimos ese informe de Milenio”, en declaraciones al canal estatal Bolivia Tv, y advirtió que entidades como Milenio “emiten informes parciales con otros fines”.
Agregó que por eso el Gobierno nacional informa de forma clara y hace conocer a la población que Bolivia tiene crecimiento económico, estabilidad de precios y reduce la pobreza desde 2021 hasta el año en curso.
En rechazo también de un coincidente reporte de la calificadora estadounidense de riesgo Moody’s, que asignó una perspectiva negativa al país altiplánico, Mamani argumentó con cifras.
Recordó que Bolivia fue el país que más invirtió en relación con el producto interno bruto en 2022, y para este año se perfila una inversión por cuatro mil seis millones de dólares en proyectos de infraestructura y de industrialización para sustituir importaciones.
Observó que los reportes con una visión negativa acerca de las perspectivas de la economía del país salieron a la palestra poco después de que el Estado boliviano suscribió convenios con empresas chinas y una rusa para industrializar el litio.
Al calificar de “curioso” ese detalle, precisó el viceministro que Bolivia en 2020 tenía un crecimiento negativo de -8,7 por ciento, pero en 2021 el país creció en 6,1 puntos porcentuales y en 2022 ese indicador fue de 3,5 unidades sobre 100.
Enfatizó, además, en que para 2023, el Banco Mundial proyectó que, con una tasa de 2,5 por ciento, Bolivia estará entre las tres economías de la región que más crecimiento tendrá.
Respecto a la inflación acumulada hasta el mes de mayo, reafirmó que es la más baja de Sudamérica con 0,6 puntos sobre 100.
A esto se suman los ingresos por desembolsos de préstamos para continuar el proceso de reactivación económica, así como el apoyo al sector exportador, y la ejecución de proyectos que permitirán la sustitución de importaciones, específicamente de carburantes líquidos.
Respecto a la política fiscal, Mamani la calificó de “contracíclica”, y describió que continúa con la implementación de un conjunto de medidas de impulso a la demanda interna, y a la ejecución de proyectos estratégicos.
Mencionó entre ellos la construcción de la Planta Industrial de Carbonato de Litio, la de Producción de Fertilizantes, el Complejo Industrial para la Producción de Acero y la Industria de Biocombustibles.
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