En diálogo con Prensa Latina vía telefónica, el también miembro del Partido Libertad y Refundación (Libre), aseguró que todas las organizaciones criminales, genocidas y terroristas que operan en el país, vienen de parte de Washington.
“Hemos visto una derecha y una oligarquía reaccionaria a los cambios revolucionarios del proyecto de refundación de Honduras, pero hemos visto un pueblo valiente, firme que respalda las decisiones de la presidenta Xiomara Castro”, manifestó.
Bonilla precisó que antes de los hechos violentos recién ocurridos en el norte del país, donde murieron unas 13 personas incluidos cuatro sindicalistas, esos grupos también sabotearon al sistema eléctrico nacional.
“Los grupos de poder que se niegan a pagar impuestos en nuestro país, sabotearon la hidroeléctrica Patuca III vertiendo alrededor de 30 barriles de petróleo”, destacó.
En ese sentido, manifestó que lo anterior se debe a la narcodictadura y al modelo neoliberal implantado en el país, pues la empresa de energía del Estado sólo produce un 20 por ciento, mientras el 80 está en manos privadas.
“Los medios de comunicación también dieron un golpe mediático y empezaron a difundir terror, miedo y desesperanza en la población sobre el tema de los apagones que en realidad se habían denunciado desde el principio como un sabotaje”, subrayó.
Según el analista, dicho sabotaje el Gobierno de Castro lo combatió de inmediato y pudo conseguir la energía necesaria para evitar los molestos apagones.
Sin embargo-acotó-la matriz mediática creó una serie de mensajes en contra del Ejecutivo hondureño buscando siempre la manera de boicotear y desestabilizar el país.
De acuerdo con el experto, ante la imposibilidad de ganar la batalla en el sabotaje eléctrico, incurrieron a la violencia utilizando grupos paramilitares y maras (pandillas), lo cual trajo como consecuencia la muerte primero de 46 reclusas en una prisión y después otra masacre en un billar.
Bonilla también se refirió a las medidas que tomó el Gobierno para garantizar la gobernanza de los centros penales como la operación fe y esperanza, la cual ejecutan las Fuerzas Armadas a través de la Policía Nacional de Orden Público.
Dicha iniciativa, que se puso en práctica la semana pasada, trajo como resultado preliminar el hallazgo de varios objetos prohibido para los presos, entre ellos casi 100 armas de fuego y cientos de municiones de diferentes calibres.
Al respecto, el analista recordó que por 12 años su país fue dirigido por un narcotraficante quien era el jefe del cartel en Honduras y que además era dirigente de una de las pandillas hondureñas.
“Desde las cárceles siempre se controló el crimen organizado en Honduras, siempre hubo armas de fuego que nunca estuvieron en manos de las autoridades”, enfatizó.
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