Cientos de personas se vieron obligados a huir de la zona y refugiarse en la plaza Fontmara 43, donde subsisten gracias a los residentes cercanos, que los proveen de agua y otros alimentos.
Desde el martes, dos importantes bandas de Puerto Príncipe, se disputan el control de Martissant, que conecta la capital con los departamentos del sur, y controla una ruta cardinal del país.
Medios locales de prensa señalan que al menos una docena de personas perecieron y más de una treintena resultaron heridas de bala, mientras las autoridades aún no se pronunciaron.
La víspera se conoció la muerte del profesor Roosevelt Petit-Phar, quien viajaba en un bus hacia la zona de Martissant y fue alcanzado por una bala. Las pandillas exigieron a los familiares el pago de un importe para recuperar el cadáver.
Mientras los enfrentamientos continúan, los desplazados piden ayuda para sobrevivir al aire libre, con niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, y sin asistencia estatal.
‘No sé qué camino tomar. Llevamos tres días aquí sin saber qué hacer. No tenemos agua para beber, no tenemos accesorios higiénicos, en fin nos falta de todo, a veces los buenos samaritanos nos traen ciertas cosas’, dijo a la prensa una madre de cinco hijos.
El Arzobispado de Puerto Príncipe expresó su preocupación por la violencia de las bandas armadas que transformaron el área metropolitana ‘en una auténtica zona de guerra’, y lamentó que los ciudadanos se encuentran abandonados sin ayuda de las autoridades.
También el Centro Nacional de Ambulancias confirmó la víspera que dos de sus vehículos en viaje al centro del país, tuvieron que regresar luego que las pandillas impidieran su paso por la Ruta Nacional.
Por su parte, Digicel, la mayor empresa de telecomunicaciones de Haití, deploró que varias fibras ópticas fueron cortadas en la zona de Martissant, lo que ralentiza los servicios en los departamentos Sur, Sudeste, Nippes y Grand Anse.
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