En septiembre de 1950, los militares del Ejército Popular de Corea (EPC) defendieron con cuatro cañones guardacostas la isla Wolmi del Mar Oeste de Corea para frustrar la operación de desembarco a Inchon de los invasores norteamericanos.
Los combatientes del EPC recordaron que tras varios meses de combates y derrotas desde el inicio de la guerra, los imperialistas yanquis emprendieron la «ofensiva general» movilizando más de 50 mil efectivos, centenares de buques y casi mil aviones con el fin de cambiar la situación desfavorable.
Durante dos días Wolmi fue bombardeada por la aviación y la marina norteamericana; y al día siguiente se prepararon para la operación de desembarco, que fue frustrada por las dos compañías del EPC que defendían la isla: una de artillería guardacostas y otra de infantería.
Con solo cuatro cañones, las tropas coreanas en tres días de combates destruyeron los 13 buques enemigos, entre ellos tres destructores; al retrasar así el desembarco a Inchon por parte de los invasores, hicieron gran aporte al cumplimiento de la orientación estratégica de la segunda etapa de guerra.
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