“Preservamos todo el patrimonio audiovisual del país desde 1904 hasta la fecha, tanto en celuloide como en video, materiales rescatados uno a uno a puro pulmón”, aseguró en entrevista concedida a Prensa Latina a propósito de la efeméride.
Agregó que además de cumplir esa función, el equipo que labora junto a ella trabaja en la formación del público, incluye exposiciones de diferentes expresiones artísticas en la sede de la institución, promueve obras teatrales, presentaciones de libros y espectáculos musicales.
Calificó de “muy exitoso” un programa que desarrollan desde 2009, denominado Cinemateca Rural, el cual consiste en llevar material fílmico para la formación de públicos a lugares donde no llega el cine ni el audiovisual en general, con el objetivo de desarrollar un espectador crítico.
En relación con el sistema de enseñanza nacional, subrayó que en las mañanas la Cinemateca abre sus puertas a los centros educacionales para contribuir a la cultura audiovisual de los colegiales.
Márquez explicó a esta agencia de noticias que la fundación que dirige es una institución de la sociedad civil autosustentable, que, sin embargo, logró construir un inmueble con cuatro salas cinematográficas de diversos tamaños, las bóvedas donde almacenan el patrimonio fímico, una biblioteca y espacios en los que se montan exposiciones y se organizan foros.
“Todo esto es un logro importante, porque la Cinemateca se fundó en un espacio reducido de tres por tres y, finalmente, logramos construir este inmueble de mil metros cuadrados dotado de tecnología de punta”, sostuvo.
Resaltó que en todo lo realizado es muy importante el apoyo de la sociedad civil y la colaboración internacional.
“Somos una institución absolutamente democrática e inclusiva, acotó, aquí exhibimos cine de todos los países, sin ningún sesgo: de Estados Unidos, Cuba, Rusia, Irán, Colombia, Perú, de todo el continente latinoamericano y caribeño”.
Valoró de “muy buenas” las relaciones con países que brindan a la Cinemateca una gran cooperación como Alemania, Francia, China, Japón y Suiza.
Márquez insistió en que al “ser una institución autosustentable, para nosotros son muy importantes los acuerdos públicos y privados para mantener la amplia e intensa actividad cultural que aquí desarrollamos, así como para impulsar políticas públicas de importancia para el desarrollo de la cultura”.
La también realizadora audiovisual mencionó como un elemento fundamental, que su colectivo integra el proyecto Memoria del Mundo, en el cual inscribieron en 2013 el Legado Cinematográfico Latinoamericano de Jorge Ruiz, uno de los patrimonios más importantes del país altiplánico.
Este programa es una iniciativa internacional impulsada y coordinada desde 1992 por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con el fin de procurar la preservación y el acceso al patrimonio documental y digital de mayor relevancia para los pueblos del planeta.
A propósito de su aniversario 47, la Cinemateca entregó su Premio Patrimonio Audiovisual a Fernando Cajías, a quien Márquez se refirió como “un hombre del cine y del patrimonio boliviano”, integrante desde hace 30 años del directorio de esta institución y de su Consejo de Fideicomisarios.
El lauro fue conferido también al productor y distribuidor cinematográfico Gerardo Guerra, depositario de una tradición familiar en este campo, iniciada por sus abuelos.
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