“Iniciamos el mes patrio llenos de esperanza y seguros de que vamos por el camino correcto. Las ventas facturadas de restaurantes subieron 15 por ciento en el primer semestre de 2023”, escribió el jefe de Estado en su cuenta de Twitter.
Reiteró Arce en esa red social que la demanda interna se dinamiza y vuelve a ser un importante motor económico.
La víspera, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas informó que hasta junio del año en curso los restaurantes en Bolivia ingresaron 312 millones de bolivianos (44,5 millones de dólares), equivalente a un crecimiento de 15 puntos porcentuales respecto a 2022.
El reporte precisa que el mayor crecimiento lo registró el departamento de Santa Cruz con 16 unidades sobre 100; le siguieron Cochabamba (15 por ciento), La Paz (12 puntos porcentuales) y las restantes jurisdicciones departamentales también alcanzaron indicadores positivos.
Las facturaciones en los hoteles, en tanto, también crecieron en un 15 por ciento a escala nacional con ventas que llegaron a los 52 millones de dólares en la primera mitad del año en comparación con los 45 recaudados en igual etapa de 2022.
El transporte aéreo, por su parte, registró ventas valoradas en 210 millones de dólares hasta junio, crecimiento equivalente a un siete por ciento respecto a similar período del año anterior, cuando se facturaron 195 millones de dólares.
Datos del Gobierno nacional señalan que con la aplicación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mescp), en su primera y segunda etapa, en Bolivia se redujo la pobreza, la desigualdad, se mantiene el crecimiento económico, la estabilidad y se consolidó la industrialización con sustitución de importaciones.
Un informe reciente de organismos internacionales situó a Bolivia entre los cuatro países de más baja inflación en el mundo con un indicador de 0,8 por ciento, y la menor de Sudamérica.
Según el presidente de la Comisión de Planificación, Política Económica y Finanzas de la Cámara de Diputados, Omar Yujra, en Bolivia se aplicó por más de 20 años el modelo económico neoliberal, que excluyó de los planes y las políticas gubernamentales el mercado interno.
Sin embargo, esa práctica quedó relegada por el Mescp, que a partir de 2006 introdujo cambios estructurales en el país, con la redistribución de los ingresos para potenciar el mercado interno, a través de la inversión pública y la aplicación de políticas sociales, en especial para sectores vulnerables.
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