Luego de varios allanamientos en sitios en los que operaban este mini-cartel criollo, como los denominó el director del OIJ, Randall Zúñiga, la entidad confiscó 25 mil dólares en efectivo, 11 millones de colones (más de 20 mil dólares), seis vehículos modernos, varias casas, un bar y un mini-supermercado.
Los registros para desarticular la banda fueron realizados en las zonas de la central provincia de Alajuela y la norteña Sierpe de Osa, en la provincia de Puntarenas.
Datos de la entidad investigativa detallan que en esa misma provincia, en el sector de Queipos en agosto de 2022 se les logró incautar 212 kilos de cocaína así como en mayo del presente año fueron decomisadas 21 libras de marihuana y 100 gramos de cocaína.
Para Zúñiga, a la banda la consideran como un cartel criollo, pues eran los encargados de la distribución, adquisición y venta en todo en territorio nacional.
Los estupefacientes al parecer llegaban desde Suramérica y posteriormente la trasladaban a diferentes destinos en el norte del continente americano por medios marítimos, terrestres y aéreos con una muy buena organización y logística, puntualizó el funcionario.
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