En su informe conjunto Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2020, tendencias y el camino a seguir, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) resaltaron que los avances por erradicar esta situación se estancaron por primera vez desde hace 20 años.
Previamente, entre los años 2000 y 2016, los casos habían disminuido en 94 millones.
El texto destacó el aumento de la cantidad de niños de cinco a 11 años en situación de trabajo infantil, lo que representa algo más de la mitad del total.
En tanto desde 2016 creció en 6,5 millones —hasta alcanzar 79 millones— los que, en ese rango de edad, ejecutan labores peligrosas, susceptibles de dañar su salud, seguridad o moral.
Resaltó que por sectores el agrícola representa el 70 por ciento de las áreas donde laboran los infantes (112 millones), seguido por los servicios con un 20 por ciento (31,4 millones) y la industria con 10 por ciento (16,5 millones).
Significó que casi el 28 por ciento de los niños de cinco a 11 años y el 35 por ciento de los niños de 12 a 14 años que se encuentran en esas condiciones no están escolarizados.
El estudio determinó que es más frecuente el trabajo infantil en los varones, independientemente de la edad, pero si se tienen en cuenta las tareas domésticas realizadas por 21 horas o más a la semana, la brecha de género se reduce.
Añadió que el trabajo infantil en las zonas rurales es casi tres veces más frecuente que en las urbanas.
La OIT y Unicef subrayaron que en África subsahariana el aumento demográfico, las frecuentes crisis, la pobreza extrema y las medidas inadecuadas de protección social provocaron que 16,6 millones de niños más se encuentren en situación de trabajo infantil a lo largo del reciente cuatrienio.
Por otra parte, alertaron que aun en las regiones en las que se han registrado avances desde 2016, en particular Asia y el Pacífico, y América Latina y el Caribe, la Covid-19 podría revertir dichos avances.
‘Las nuevas estimaciones constituyen una llamada de atención. No podemos quedarnos impasibles mientras se pone en riesgo una nueva generación de niños’, señaló Guy Ryder, director general de la OIT.
Por su parte, la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, instó a los gobiernos y a los bancos internacionales de desarrollo a que den prioridad a las inversiones en programas que permitan a los niños salir de la fuerza de trabajo y regresar a la escuela, así como en otros de protección social que faciliten esa labor a las familias.
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