Más de la mitad de los emplazamientos carecen de letrinas y las que cuentan están “muy por debajo” de las normas básicas de higiene, alertó el organismo de Naciones Unidas.
De acuerdo con datos de la organización, casi la mitad de los desplazados internos en esta capital tuvieron que abandonar sus alojamientos temporales en las comunidades de acogida y residen ahora en condiciones vulnerables en emplazamientos improvisados.
La cifra casi duplica los números de finales de 2022 y muestra una tendencia de creciente cansancio en las comunidades y familias de acogida, advirtió la OIM.
El organismo indicó que la mayoría de quienes tuvieron que huir de sus hogares buscaron seguridad con amigos y familiares en otras comunidades con las que comparten los limitados recursos. “A medida que se prolonga la crisis, su capacidad se va erosionando”, señaló la instancia.
Añadió que, los altos niveles de inseguridad crean un clima de desconfianza entre la comunidad de acogida y los refugiados, lo cual deteriora la cohesión social.
“Esta situación está provocando que los desplazados abandonen la relativa seguridad de estos hogares para desplazarse a lugares improvisados donde están expuestos a riesgos adicionales, como la violencia comunal, la violencia sexual y de género, la discriminación y el abuso”, manifestó.
El panorama es más complejo con la crisis de inseguridad alimentaria que actualmente afecta a unos 5,2 millones de personas, mientras que solo el 25 por ciento del Plan de Respuesta Humanitaria en Haití se encuentra financiado.
Actualmente se registran unos 200 mil desplazados internos en el país caribeño, la mayoría de ellos por la violencia generalizada en Puerto Príncipe.
Además, más de 100 personas fueron devueltas de países vecinos en lo que va de año, muchos de ellos sin documentos de identidad adecuados.
Se espera que en los próximos días crezca la cifra de desplazados como consecuencia de los ataques de pandillas a Savane Pistache en Carrefour-Feuilles.
En las últimas semanas las bandas de Grand Ravine atacan a los residentes para tomar el control de la zona e instalar allí su bastión.
La situación ya provocó decenas de muertos y heridos mientras que cientos de familias abandonaron la localidad ante la creciente violencia.
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