El gestor de proyectos del ente Nigerian Conservation Foundation (NCF), Emmanuel Olabode, declaró a medios de prensa que ese entorno sufre deterioro debido a fenómenos adversos como la tala excesiva de árboles, la agricultura incontrolada y la caza furtiva de animales.
De acuerdo con la fuente, para proteger la fauna en el espacio selvático el gobierno designó unas 55 mil hectáreas como zonas de conservación.
Indicó que para paliar la insuficiencia de personal que labora en la protección de los recursos en la reserva de biosfera de Omo, NCF, entre otras iniciativas de conjunto con el Ejecutivo, contrata a nuevos guardabosques, muchos de ellos excazadores furtivos ya reivindicados.
Según la publicación África News, con el fin de salvaguardar las poblaciones de elefantes africanos, monos y pangolines, entre otras especies que pudieran extinguirse, los cuidadores del entorno natural colocaron cámaras de seguridad en los árboles para detectar a ilegales cazadores.
También luchan por erradicar en zonas boscosas asentamientos humanos no autorizados, que para sobrevivir talan árboles con el objetivo de plantar cultivos y extraer recursos madereros.
La Reserva de Biosfera de Omo, con una altitud que oscila de 15 a 150 metros sobre el nivel del mar, deviene espacio creativo que permite el crecimiento del bosque húmedo mixto y la selva tropical semiperenne, apuntó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
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