“La economía mundial tiende a un proceso de recesión o caída del crecimiento económico, sumado a presiones inflacionarias, principalmente en las economías desarrolladas, pero Bolivia resalta con un crecimiento económico positivo”, aseguró el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui.
En entrevista concedida al canal estatal Bolivia Tv, Cusicanqui aseveró que el crecimiento boliviano es superior al promedio de Latinoamérica, que para 2023 proyecta solamente un 1,6 por ciento mientras el Estado Plurinacional crece a 2,3 puntos porcentuales.
Según los datos, explicó, en el mundo la economía se desacelera y hay una caída de las proyecciones de crecimiento.
Describió que ese indicador en América Latina pasó del 7 por ciento en 2021 a una previsión de 1,6 unidades sobre 100 para el año en curso.
Al referirse a Bolivia, comentó que el crecimiento del 2.3 por ciento del Producto Interno Bruto es impulsado, fundamentalmente, por la demanda interna que tuvo un crecimiento de 10,1 unidades porcentuales.
Insistió en que este factor es el pilar fundamental de la economía y una de las variables que muestra un crecimiento importante en el sector de servicios, como son los restaurantes y hoteles.
“Estamos apuntando a que los bolivianos consumamos cada vez más la producción nacional y por eso llevamos adelante la industrialización con sustitución de importaciones”, dijo en referencia al Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mesc), impulsado por el presidente Luis Arce. Reafirmó Cusicanqui en este contexto que Bolivia continúa con una tasa inflacionaria baja, que en junio apenas alcanzó el 0,8 por ciento.
Datos de organismos internacionales indicaron que a escala regional detrás de Bolivia se situaron Ecuador (0,9 por ciento), Chile (2,1 unidades porcentuales) y Paraguay (2,2 puntos sobre 100).
Recordó el ministro que el Mescp se basa en una fuerte inversión pública, la redistribución de la riqueza y la industrialización con sustitución de importaciones.
Con ese objetivo, el Gobierno nacional impulsa la construcción de 130 plantas industriales ajustadas a las características productivas de cada uno de sus departamentos, con una inversión de más de 25 mil millones de bolivianos (por encima de tres mil 570 millones de dólares).
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