Por Zeus Naya
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Guatemala
Los partidos “fuertes” de la derecha se mantienen, si bien con raspones y magulladuras, precisó en declaraciones exclusivas a la agencia Prensa Latina el máster en Investigación, Política y Desarrollo.
Quizá con sentimientos de fracaso, frustración y enojo con el votante, “que no les entendió”, añadió el abogado de profesión, para quien estos, sin embargo, conservan una buena representación parlamentaria y alcaldías.
Los casos más evidentes de lo anterior son el oficialista Vamos y la propia UNE, en menor medida Valor y Todos, “pero los tienen”, advirtió Velázquez, y por detrás situó a Unionista, BIEN y VIVA.
A su juicio, “esos partidos permanecen con fuentes de poder político, relaciones con sectores económicos y estructuras municipales y departamentales”.
Otras agrupaciones –describió- con menor compromiso con el “pacto de corruptos” o en todo caso dubitativas, que igualmente vienen de abajo y seguirán en el escenario, son Victoria y Cabal, subrayó.
¿MUERTE ANUNCIADA?
Para Velázquez, apasionado por el desarrollo integral de las zonas campesinas, la estructura política “tradicional” se mantiene sin el poder central, ni acceso ilimitado al erario, pero no están ni siquiera a punto de desaparecer, enfatizó.
“Tienen necesidad de ajustes, pero no estamos frente a la crónica de una muerte anunciada”, aseveró el también director ejecutivo de coordinación de las organizaciones no gubernamentales (ONG) en este país.
Dada la cantidad de votos obtenidos en los sufragios generales del 25 de junio, tendrán acceso a importantes sumas de financiamiento público, comentó a esta agencia.
Semilla –incluyó a la fuerza ganadora y calificada de progresista- es el nuevo actor partidario en las estructuras de poder, que la política tradicional no puede soslayar. Consideró a esa agrupación protagónica ahora, además con vínculos internacionales importantes y la aquiescencia de los movimientos sociales históricos y contestatarios, así como de la organización comunitaria local y de los pueblos indígenas.
LA IZQUIERDA
El analista ubicó a la izquierda en el Movimiento político Winaq, Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y VOZ, a los cuales “corresponde recuperar influencia social, política y de negociación”, remarcó.
Parece obvio –dijo- que se decantarán por apoyar la consolidación del próximo gobierno, como una opción clara de nuevas formas de gestión y de respuesta a la demanda popular.
Pese al alborozo popular y el actor político en escena, descartó que signifique aún una transformación del escenario político. “No es que nada cambie, pero no en la dimensión de recambio”, explicó.
Podríamos pensar con optimismo, que sea el inicio de ese proceso y que surgirán otras estructuras políticas democráticas o que la izquierda vigente en Winaq y los otros se fortalecerá, reflexionó el experto.
Sin embargo, expuso, “no estamos frente a un recambio, automático, de hecho, la Junta Directiva del Congreso puede elegirse sin tomar en cuenta a Semilla”.
Un recambio político, real, podrá ocurrir en el decursar de los próximos años, esto si la entrante coyuntura produce fisuras en la alianza denominada “pacto de corruptos” y la fuerza democrática crece fortalecida, expresó Velázquez.
ESPERANZAS
El consultor político estimó que los ciudadanos guatemaltecos esperan “el inicio de una otra forma de hacer política, honesta, eficiente y la salida de la mediocridad”.
Sumó que la institucionalidad pública funcione, una real separación de poderes, en particular con independencia de la justicia.
También el “fin del fantasma de transformarnos en un narco Estado”, que la inversión pública agropecuaria vuelva a su función principal, y una prioridad a la producción campesina a pequeña escala.
Mencionó los incentivos a la producción alimentaria, creación de infraestructura productiva, que las compras públicas prioricen la producción campesina, así como acercar los mercados a los productores, detalló.
Habló de recuperar y modernizar la institucionalidad agraria: fondo de tierras, registro de información catastral, mecanismos institucionales de resolución de conflictos agrarios, y el Ministerio de Agricultura.
En el nivel urbano aludió a la ruptura de los mecanismos de corrupción para la asignación de ayuda estatal a la construcción de vivienda popular.
“Iniciar la creación de institucionalidad capaz de proveer vivienda social, la creación de empleo acelerado vía obra pública y reestructurar la salud y educación”, detalló Velázquez.
En esos dos últimos sectores, particularizó en ampliar la cobertura, mejorar la calidad, dotar de insumos a hospitales, priorizar la inversión en salud preventiva intercultural y la educación a nivel secundario.
Sintetizó la esperanza del regreso de la nación al camino de la democracia, con la capacidad de funcionamiento de la institucionalidad política y de atención a la economía popular.
“Que el Estado dedique su esfuerzo y recursos, realmente al bien común y se rija por principios de justicia social, como establece la Constitución”, señaló Velázquez.
APOYO POPULAR
El apoyo popular a Semilla surgió en el vínculo de ese partido con la Revolución de 1944, un elemento subjetivo que trabajaron estratégicamente, planteó el abogado.
Indicó que sobrevino en sectores urbanos en la primera vuelta electoral, y para la segunda existió un efecto “contagio” hacia el campo.
Esos fueron absolutamente cautos antes del 25 de junio, votaron por los partidos de poder y clientelares, pero Semilla demostró que “si se puede” un cambio, lo cual movió mucho apoyo juvenil y popular, agregó.
Desde la movilización del año 2015 (protestas contra el gobierno de Otto Pérez Molina a partir de un escándalo y corrupción política que llevaron a su renuncia) quedó la sensación de un proceso inconcluso, resaltó.
Semilla –definió- parece encarnar el seguimiento y la concreción de aquellas jornadas. “Hay ansiedad de cambio, tanto en sectores populares como en sectores de clase media”, significó.
En la organización social campesina hay una gran expectativa porque termine la criminalización hacia su dirigencia, el uso político de la justicia para perseguir opositores tiene hastiados a amplios sectores, resumió Velázquez.
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