La encuesta del no gubernamental Instituto de Estudios Peruanos (IEP) asignó a la mandataria una desaprobación de 79 por ciento, tres puntos menor que en el mes anterior e igual a la de mayo pasado.
Tal resultado no se reflejó en la aprobación a la jefa de Estado pues, por el contrario, cayó de 11 a 10,5 y solo aumentó de ocho a 10,6 el porcentaje de quienes se abstuvieron de responder a la encuesta.
Boluarte comenzó el año con 19 por ciento de respaldo y 71 por ciento de desaprobación en los sondeos mensuales del IEP.
La enuestadora preguntó también por el nivel de confianza en la mandataria y 85 por ciento respondió que confía poco (17) o nada (68) en ella, mientras apenas 11 por ciento le otorgó mucha (uno) o algo (10) de confianza.
Según analistas de diversas tendencias, la desaprobación a Boluarte se debe, entre otros factores, a la llamada cuenta pendiente por el saldo de 50 muertes de civiles en protestas contra su ascenso al cargo como sucesora del maestro rural Pedro Castillo.
Pese a la suspensión de las manifestaciones opositoras, que volvieron a hacerse sentir en julio pasado, los análisis sobre la larga crisis peruana consideran necesario o no descartan un adelanto de las elecciones previstas para 2026, cuando terminará el mandato iniciado por Castillo; adelanto que exigen las protestas.
Por otra oarte, el actual Parlamento, que respalda al Ejecutivo, es desaprobado por 90 por ciento y solo cuenta con el apoyo del seis por ciento y merece poco o nada de confianza de 89 por ciento de los encuestados.
Una desaprobación de 74 por ciento y una aprobación de solo ocho por ciento recibió a su vez el presidente del Congreso, Alejandro Soto, quien asumió el cargo hace un mes.
Soto es objeto de cuestionamientos legales y éticos de la mayoría de las fuerzas políticas y de los medios de comunicación y la oposición se apresta a presentar una moción de censura, medida que equivale a la destitución.
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