La mandataria participó en la conmemoración del aniversario 94 de la reintegración de la región de Tacna a Perú, tras quedar en poder de Chile durante 50 años a consecuencia de la llamada guerra del Pacífico de Chile contra Bolivia y Perú.
Terminada la ceremonia y pese al vasto control policial, se registraron gritos contra la mandataria, con acusaciones por medio centenar de muertes de civiles durante manifestaciones contra su ascenso a la Presidencia como sucesora de Pedro castillo, encarcelado y destituido por el Parlamento.
Radioemisoras de la ciudad de Tacna reportaron incidentes similares a los de ayer, cuando tras la llegada de la mandataria y sus ministros, hubo una protesta y al menos tres detenidos y varios lesionados.
Los incidentes de hoy se registraron tras asistir Boluarte a la ceremonia patriótica central y antes de la llamada procesión de la bandera que anualmente realizan mujeres tacneñas llevando una enorme bandera peruana, marcha en la que la presidente no participó.
Radioemisoras lugareñas reportaron un número no precisado de manifestantes golpeados y detenidos.
Tras la ceremonia, la jefa de Estado se retiró del lugar en medio de un fuerte despliegue de seguridad de su escolta y policías uniformados.
Previamente, en el acto, el obispo católico de las regiones de Tacna y la vecina norteña de Moquegua, monseñor Marco Antonio Cortez, en una homilía por la efemérides, recordó a las víctimas de la represión a las protestas sociales.
Advirtió que es urgente escuchar el clamor del pueblo por justicia para las víctimas “si no queremos seguir llorando la muerte de hermanos nuestros fallecidos en las manifestaciones de protesta”.
También criticó el incumplimiento del Gobierno de atender los requerimientos de la región de Tacna, problema que, afirmó, se extiende a las demás regiones del país.
“Es necesario que los poderes del Estado sirvan con eficacia y transparencia, de lo contrario seguirán pagando lo más pobres, por la inoperancia de sus autoridades”, expresó.
Los incidentes de ayer y hoy en Tacna coincidieron con la divlugación de una encuesta según la cual la presidenta peruana tiene una desaprobación ciudadana de 79 por ciento y una aprobación de solo 10,5 por ciento, además de que 85 por ciento le tiene poca o ninguna confianza.
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