Al presentar el Informe de Estabilidad Financiera de julio de 2023, el presidente del BCB, Edwin Rojas, aseguró que pese al contexto adverso la economía del país mantiene un ritmo de crecimiento favorable.
Factores como el conflicto entre Rusia y Ucrania en Europa y el incremento de las tasas de interés en los países industrializados para enfrentar la inflación, son parte de las adversidades referidas por Rojas.
Sin embargo, en el primer trimestre del año en curso la economía boliviana creció en un 2,28 por ciento con destaque para la actividad financiera que participó a un ritmo de expansión de 3,34 puntos porcentuales, se informó.
Otros de los sectores impulsores del auge económico fueron el de electricidad, gas y agua (3,87 puntos sobre 100); transporte y comunicaciones (3,50 por ciento); construcción (3,49 unidades porcentuales); servicios de administración pública (2,06 por ciento); industria manufacturera (1,95 puntos sobre 100) y Comercio (1,92 por ciento).
De acuerdo con el reporte, a todo eso se suma que en el primer semestre de este año, Bolivia mantuvo una de las tasas de inflación más bajas del continente (2,7 por ciento).
“Estos dos elementos de una economía con crecimiento y con estabilidad creo que son dos aspectos que se resaltan en términos de lo que es el contexto interno”, describió Rojas.
Según el BCB, las consecuencias derivadas de la pandemia de Covid-19 y el conflicto bélico en Europa reducen las perspectivas de crecimiento de la economía mundial en 2023 y la limitan a no más de tres por ciento, inferior al indicador de los 12 meses anteriores.
El BCB publica cada semestre el Informe de Estabilidad Financiera con el objetivo de promover y evaluar de manera constante la situación del sistema financiero nacional y sus principales subsistemas.
La información correspondiente a julio refleja el contexto macrofinanciero, el desempeño de esta esfera, el balance de riesgos y las medidas implementadas para precautelar la estabilidad en este rubro.
Según lo informado, ocurrió una disminución gradual de la inusual demanda de moneda extranjera que se presentó a comienzos del año, al pasar de 81 millones de dólares en marzo a 11 en junio.
Asimismo, se restableció la confianza en el sistema financiero, reflejado en un aumento de los depósitos que en junio alcanzaron los 753 millones de bolivianos (107,5 millones de dólares).
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